Por José Gregorio Aguilar
Cd. Victoria, Tamaulipas.- El obispo Antonio González Sánchez negó la versión de que será transferido de la Diócesis de Victoria y aseguró que continuará al frente de este cargo eclesiástico por tiempo indefinido.
El rumor de su supuesta reubicación surgió después de que desde la semana pasada él mismo ordenara una serie de cambios en las diferentes parroquias que conforman la Diócesis de Victoria.
“No, para nada, quizá sea porque quieren que me vaya”, dijo entre risas y enfatizó que eso “está descartado por completo”.
Al hablar de la rotación de vicarios en las parroquias de los municipios que conforman la Diócesis, González Sánchez aseguró que se trata de movimientos normales y benéficos para los sacerdotes y para la comunidad, sin que hasta el momento ninguno de los clérigos se haya opuesto a sus decisiones.
“Es bueno para el sacerdote y para la comunidad, porque si no se van a echar a perder unos a otros. Hasta ahora nadie se ha opuesto y a menos que la causa sea muy fuerte, algo físico, pero recuerda que cuando un sacerdote se ordena, promete obediencia y respeto al obispo”.
Las parroquias de Bustamante, Tula, Villagrán, El Chorrito, Soto la Marina, Abasolo, El Barretal, así como la Catedral de Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia de San Isidro y la Divina Providencia de esta ciudad tendrán rotación de sacerdotes.
“Por ejemplo, el de Abasolo se va para Tula y el de Tula para Villagrán y así sucesivamente”, explicó el representante de la Iglesia Católica en la zona centro.
González Sánchez admitió que entre los feligreses hay cierto desconcierto e incluso, sensación de tristeza por el cambio de vicarios.
“Sí hay un poquito de desconcierto entre los feligreses, pero gracias a Dios los seglares siguen queriendo a los sacerdotes. Somos humanos y el sacerdote se encariña con la comunidad y la comunidad con ellos, pero entienden que es normal; a veces les ofrecen una despedida con cierta tristeza pero con alegría llega otro y a lo mejor el que llega resulta mejor que el que se fue”.
Por otra parte, al cuestionarle sobre el regreso a clases, el obispo exhortó a los maestros a ejercer su profesión con vocación y que no se distraigan en otras cuestiones que nada tienen que ver con la educación, mientras que a los padres de familia les pidió que se sumen al proceso de enseñanza-aprendizaje, inculcándoles a sus hijos el respeto que deben guardar por la figura docente.
“Ojalá que también les enseñen valores, a prepararse para que en un futuro sean mejores ciudadanos y que sean ellos los que construyan una sociedad mejor que la que tenemos. Los maestros deben ver su trabajo como una vocación, que amen su vocación y que se dediquen a lo que son, para eso se prepararon en una aula escolar”.
Por último dijo que “creo que los padres deben ayudarles a ser buenos maestros; antiguamente el papá o mamá respetaba lo que el maestro dijera, pero hoy si el docente llama la atención a un niño el papá se enoja, por lo que creo que los papás deben ayudar a que sus hijos tengan respeto por sus maestros”.
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