Max Ávila
* El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Partidos de oposición y diversas voces independientes exigen se aclare si dinero proveniente de Odebrecht fue empleado en la campaña presidencial anterior. Es decir, si fue utilizada para que EPN alcanzara el triunfo. El asunto requiere desde luego seria y profunda investigación que al menos en este sexenio nadie se atreverá a realizar. En este sentido estaréis enterado que la presidencia de la república rechazó tal insinuación por “absurda”…no podía ser de otra forma.
Ya sabéis que Emilio Lozoya Austin participó de manera destacada en dicha campaña y que desde entonces presuntamente recibió fuertes cantidades de la compañía brasileña y que concluido el proceso electoral adquirió una residencia con valor aproximado a 39 millones de pesos, según consta en su declaración patrimonial que también considera la compra de joyas y obras de arte.
La defensa del ex director de PEMEX califica las acusaciones como “chismes” por lo que existe disposición a demandar a quienes los echaron a volar causando “enorme daño moral” a su cliente lo cual parece lógico. Lo cierto es que hasta ahora todo ha quedado en un escándalo mediático y en eso podría quedar por obvias y sobradas razones.
Por cierto que el despacho que defiende a Emilio Lozoya lo dirige Javier Coello Trejo, experimentado jurista quien se diera a conocer en el ejercicio de la función pública, sobre todo durante el sexenio de Salinas de Gortari cuando se desempeñó en la subprocuraduría de la PGR y le tocó “trabajar” el caso de Joaquín Hernández Galicia.
En ese tiempo hubo señalamientos en cuanto a “la siembra” de armas en el domicilio de “La Quina” en ciudad Madero, así como la aparición de un misterioso cadáver que al parecer no correspondía a los hechos, al igual que otros detalles nunca aclarados. Pero eso forma parte del pasado aunque las consecuencias aún las padece el país y quién sabe por cuánto tiempo debido a la destrucción del STPRM y el desmantelamiento y entrega al capital externo de la paraestatal. “La quina” siempre se opuso y ya sabemos lo que pasó.
¿TAMBIÉN EN MÉXICO?
Quedamos en que algunos partidos y voces independientes exigen se aclare hasta dónde pudo patrocinar Odebrecht la anterior campaña del candidato presidencial del PRI. La demanda tiene razón de ser considerando que es información pública que la empresa participó en procesos semejantes en otros países derivándose culpas a políticos y ex funcionarios algunos de los cuales sufren prisión. Es el caso de Perú y Guatemala. Desde luego que el mayor impacto fue en Brasil donde los ex presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff no han podido superar las graves acusaciones de corrupción con todo y que son cabeza del Partido de los Trabajadores, el más poderoso.
Lo anterior significa que Odebrecht pudo ser partícipe del cambio sexenal en México, pero insisto, es algo que difícilmente llegaremos a saber no solo porque la PGR decidió mantener el secreto la indagación por veinte años, sino porque las autoridades ya encontrarán la forma de diluir la información que llegue del exterior.
Tampoco sabremos sobre la certeza de los rumores de presuntas aportaciones a la citada campaña presidencial de algunos ex gobernadores, empresarios y contratistas que después fueron ampliamente beneficiados y cobijados por el sagrado manto de la impunidad. ¡No’mbre, Rafita Márquez y “Julión” son uno santos!, creo yo.
Ya en serio, ¿a poco cree que enjuiciarán a Emilio Lozoya?.
A MARCHAS FORZADAS
De acuerdo a la modalidad electoral los precandidatos presidenciales deben iniciar las campañas internas en noviembre y está claro que al PRI, PAN y PRD se les “hace bolas el engrudo”. En el tricolor es tanta la presión y la incertidumbre que la desesperación pudiera rebasar al presidente Peña. Y no sería por indisciplina sino porque el grupo histórico encabezado por Manlio Fabio Beltrones está cierto de que el régimen pasó a convertirse en un estorbo para el partido. Por ello lo mero importante es desligarse desde ahora e intentar echar abajo la imposición de un candidato destinado a la derrota sin excusa ni pretexto. Ya sabéis que el cariño presidencial está entre José Antonio Meade y Aurelio Nuño y contra ellos van.
Manlio no sería candidato pero, ¿qué tal el secretario de Gobernación?. No olvidar que para el PRI esto es asunto de estado.
Mientras en el PAN y PRD están “pior”. En el primero Ricardo Anaya enfrenta el mismo fenómeno del tricolor. Es decir, no cuenta con la aceptación de “los históricos” que prefieren a Margarita Zavala, en tanto que el PRD está más dividido que una asamblea estudiantil, agregada la migración incontenible hacia MORENA y la debilidad de Alejandra Barrales a la que no alcanzó su naturaleza maternal para amamantar tanto aventurero.
Total que restan algo más de setenta días para que se empiece a escribir la nueva historia.
SUCEDE QUE
Existe confianza en que la UAT no pase a convertirse en apéndice del poder estatal. Es decir que el respeto a la autonomía cubra el formalismo como hasta ahora ha sucedido sin caer en el abuso aunque eso sí, que el apoyo sea pleno para erradicar de una vez por todas los restos del “porrismo” prevalecientes sobre todo en el sur del estado.
Y hasta la próxima.
Discussion about this post