Por.-Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Los partidos políticos empiezan a pasar a la historia. A los ciudadanos no les interesa estar afiliados a ellos. Sienten que no van a obtener un mínimo satisfactor.
Según los datos que nos aporta el INE, con excepción del PRI, los demás están reprobados y le salen a deber a la sociedad.
Los gerentes de esas organizaciones son arrastrados y, con tal de seguir pegados a la res pública, le encienden una vela al Demonio y otra a Dios. Inflan los padrones de militancia para cumplir con los requisitos.
No contaban con la astucia del Instituto Electoral.
Como preámbulo a la elección del 2018, el organismo constató la militancia que tienen en Tamaulipas ¿Cómo quedaron? Dan lástima (no en lo económico, que conste).
Ocho partidos -todos juntos-, tienen una militancia de 79 mil 889 ciudadanos. Salva la situación el PRI, que acreditó 345 mil. Es el único que registró fuerte crecimiento del 2015 a la fecha. Aumentó su padrón en 73 mil ciudadanos, aun cuando es oposición.
Al uno de septiembre del 2017, el padrón electoral era de dos millones 558 mil personas.
Sumados los partidos todos, dan una incorporación de 425 mil 500 ciudadanos que representan un porcentaje muy bajo. Están en decadencia, pero tampoco los candidatos independientes son la solución.
El PAN Tamaholipas la sudó -no obstante que es partido en el gobierno- para acreditar ocho mil 538 clientes. Hace tres años justificó cinco mil 500.
Quedaron fuera alrededor de tres mil de los que tenía, por estar inscritos en otro partido, duplicados en el mismo PAN, por contar muertos y reos en los penales.
Los amarillos, PRD, pudieron demostrar que tienen 23 mil 362 activos, una cifra poquito arriba que hace un trienio.
Quien sabe con qué artimañas -porque ya no reciben “préstamos” del PRI- pero los del Verde tiene once mil 193 militantes.
El Partido del Trabajo -que perdió su registro a nivel estado- reportó diez mil 500; Movimiento Ciudadano seis mil 900 y PANAL -el de los profes- 26 mil 500.
Morena, cuyos gerentes dicen que se las tragan vivas, muy apenitas demostró que su padrón asciende a seis mil 500 ex perredistas. El PES -que tampoco tiene registro-, se apuntó con seis mil 270.
En 2015, la organización propiedad de San Peje afirmó con papeles una clientela de 12 mil 300 cráneos ¿A la baja?. No se entiende.
A nivel país, los azules presentaron una inscripción de 704 mil ciudadanos. De ellos, 325 mil no pasaron la supervisión del INE. Encontraron siete mil 894 muertos y 330 presos. Hasta 590 mil inscritos en otros partidos.
Los fallecidos abundan en las organizaciones. Hay una deficiente comunicación entre el Registro Civil, o Salud, para reportar defunciones.
Si le echamos lápiz a los números que acreditaron los partidos PES, MORENA y MC, pudiera ser que le queden a deber al árbitro.
La Ley dice que, para conservar el registro, necesitan por lo menos el 0.26 por ciento de la militancia estatal que, en el caso de Tamaulipas, vienen siendo alrededor de seis mil 650 ciudadanos.
Para su salvación, las organizaciones argumentan que la base es el padrón de la última elección, en este caso el 2015.
Los partidos son un barril sin fondo. Para demostrarlo, basta dividir el subsidio que reciben -estatal- entre los militantes que detentan. Salen demasiado caros a los causantes.
¿Los independientes? Son lo mismo. No luchan por causas o proyectos, buscan beneficio personal. Cuando les ofrecen puestos administrativos, los toman y se olvidan del respetable. Han perdido la confianza.
Si cambiamos un poco, Morena y el PAN fueron los últimos que se presentaron ante el IETAM con sus papelitos para jugar en el 2018 por las alcaldías.
Los pejes estuvieron encabezados por Enrique Torres Mendoza, el presidente que no manda ni administra, solo firma los cheques que le pide “El Guasón” Garza.
Don Kiko Elizondo y el hermano del primer panista estatal, Ismael, hicieron el protocolo por parte del equipo azul.
De perdido los jefes se ocupan de ir a entregar documentos. En el pasado reciente mandaban a segundones y gatos. Era la costumbre de Francisco Garza de Coss.
Ahora nos aclaran: El que se dé una alianza PAN-PRD-MC, no significa que vayan a tomarse de la mano en Tamaulipas. Si desde Palacio no quieren que aquí se dé el arrejunte, no lo habrá. Será una coalición nacional parcial. Cuestiones que semanas después definirá el azul como cabeza del grupo.
La tarde del miércoles, el Centro Cívico Gubernamental comenzó a impregnarse de olor a huachicol.
Otra vez la burra al ‘máiz’. Por estos lugares Don Rafael Moreno Valle, ex Gobernador de Puebla que colocó a esa entidad como la referente huachicolera en México. Una industria sin chimeneas que creció en el sexenio.
Se presentó en un mosqueado informe de la diputada federal Elba Valles Olvera, en que no faltaron los desaguisados. Un operador de la diputada panista estuvo interrumpiendo la ceremonia para reclamarle pagos pendientes. No le han dado lo prometido.
Lo más emocionante fueron las porras para el doctor: ¡Rafa Presidente!.
Asistieron más priístas que panistas. Como que el hombre cayó de la gracia de la esquina del poder en Ciudad Victoria y por tanto de los jefes panistas. No mandaron funcionarios ni militantes. La representación azul estuvo a cargo de Luis Vanoye Carmona, Secretario General Adjunto del CDE.
En la cena de gala, allá por el libramiento Naciones Unidas, abundaron también priístas. El discurso “oficial” estuvo a cargo de Fernando Lugo Hernández, ex diputado federal. Le juró amor eterno al prócer.
Cabe agregar que Don Fernando, funcionario del COBAT, dedicó muchas horas de su tiempo laboral oficial en organizar el evento para Don Rafa y su pupila. A cargo de las invitaciones, o “acarreo” como le llaman en los partidos.
No supimos con quién venía acompañado pero ya se irá filtrando de esas relaciones peligrosas a las que el poblano es muy afecto.
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