Jaime Luis Soto
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Se tardaron, y mucho, los dirigentes de los partidos políticos en reaccionar y escuchar el clamor del pueblo para que renuncien a sus prerrogativas y todo ese mundo de lana se destine para apoyar a los damnificados por los terremotos.
Patéticos e hipócritas a mas no poder se vieron ALEJANDRA BARRALES (PRD), RICARDO ANAYA (PAN) y DANTE DELGADO (Movimiento Ciudadano) en un video difundido en las redes sociales donde intentan, infructuosamente, dar la imagen de que son más nobles y generosos que la mismísima MADRE TERESA DE CALCUTA.
Eso de que proponen una iniciativa para eliminar al cien por ciento el financiamiento público para los partidos políticos es una exigencia ciudadana que tiene siglos pero que tomó mayor fuerza a raíz de los recientes terremotos que han causado pérdidas humanas y destrucción en varias partes del país.
Y en la tienda de enfrente, en el PRI, su líder ENRIQUE OCHOA REZA no canta mal las rancheras pues, también demasiado tarde, anuncia que renunciaran a 258 millones de prerrogativas para que se utilicen en apoyar a los damnificados.
Este lunes, en conferencia de prensa, el líder estatal priista SERGIO GUAJARDO MALDONADO aterrizara esa noticia para que vean los tamaulipecos que el partido tricolor es más noble que una lechuga, como diría El Chapulín Colorado y pamba al que se ría.
Lo cierto es que la tardía reacción de los dirigentes nacionales de los partidos políticos tendrá sus consecuencias en las elecciones del 2018.
Y aquí en Tamaulipas no será la excepción pues las redes sociales se encargaron de informarle a todos los tamaulipecos la forma tan simpática en que se comportaron los partidos políticos frente a la desgracia que sacudió al país.
La respuesta más inmediata para las víctimas de los terremotos salió del pueblo mismo que, para sorpresa de todos los niveles de gobierno, se organizó para ayudar espontáneamente.
Y lamentables los reportes sobre el presunto desvío de las donaciones que se están enviando a las zonas afectadas o la manipulación de las mismas con perversas intenciones por parte de nuestra clase política.
Eso de ponerle emblemas oficiales o partidistas a las donaciones ciudadanas en verdad es un acto que provoca verdadera indignación.
Todo eso se reflejará en el 2018.
Seguramente millones de mexicanos, a la hora de votar recordarán todo lo que hoy está ocurriendo y, sin lugar a dudas, los partidos políticos no saldrán bien librados del proceso electoral puesto ya en marcha.
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