Rigoberto Hernández Guevara
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Desde los cables al último remolque de la garganta el movimiento se fue estirando primero como para cobrar fuerza y se retiró. En un eje la fuerza obrante reguló el paso y se dejó caer al suelo.
Yo tengo poco de viajero, me ha costado lágrimas sacar un saco y meterlo. Una lucha de perros es mi brazo cuando lo lanzo, es un escarpelo. Luego de unas tarde el brazo que sabe sacudir el viento me tranquiliza.
No tendrá remedio la hora precisa, el hoyanco pasando por las ciudades. Ni sus pasos perdidos en un horizonte oscuro.
Como un reporte en la víspera se informa en los pegotes de los postes. Sobrevivo a las machucadas palabras, dejé ser lo que soy de no ser nadie. Todas las veces soy lo que he visto.
Pretendí lo mejor como siempre. Pretender no empobrece, amé infinitamente como los grandes con mi corazón pequeño que soy. Bajo por un alambre que sujeta el poste y la boca de lobo cae en el pasto que abre sus hojas.
Todos los edificios se han pedido en el olfato y sigo el camino de la raíz, el árbol seco, el hijo del higo.
Cuando la lluvia se seca deja la ropa en el viento. En la ruta establecida debo de dar vuelta, correr por momento, detenerme a la fuerza, sonreír de veras.
Es mi reporte el guano escarpado que se arrastra, la pluma inesperada e invisible, es un par de rayas, disparadas desde una batalla inmerecida.
Más que daños materiales, los golpes en la cara que dieron en las bardas. Los piso que se encontraron a unos centímetros y antes que un informe del tiempo, el claro sometiendo el pómulo que se hinchó de inmediato con el madrazo. Eso fuese todo.
Abajo siguen los desconocidos de siempre que me auscultan para pedirme un cigarro. Ya no fumo. Eso fue en la otra vida. Les digo, para sumir una distancia correcta.
En las cámaras de asfalto se anuncia que yo esperaré de todas formas y que nadie de los ahí presentes podrá perseguirme. A dos metros hay un pedazo de tierra, luego un block que se espere hace dos, y comienzo a elaborar lo que ellos nunca hicieron.
Camino conmigo. Me abrazo un poco. Me cubro la cara para que no vean el lado más lastimado y me voy metiendo en la nada. Es todo por el momento.
HASTA LA PRÓXIMA
Discussion about this post