Agencias
Berlin.- Los resultados provisionales confirman la noticia temida desde hace semanas: un partido de ultraderecha entrará en el Parlamento por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
El partido de la Canciller alemana ganó ayer las elecciones por cuarta vez consecutiva y por una holgada mayoría después de 12 años al frente de la primera economía europea, según los resultados de las primeras proyecciones.
La Unión cristanodemócrata (CDU/CSU) habría obtenido un 32.9 por ciento de los votos, seguida del partido socialdemocrata de Martin Shulz (SPD) que habría sufrido una derrota histórica desde 1949, al obtener el 20.5 por ciento de los votos.
«Esperábamos un resultado mejor», reconoció Merkel, quien también recordó que su partido es el más fuerte y que no puede haber coalición de Gobierno sin él.
El bloque conservador que lidera fue el que más apoyos perdió, rozando también mínimos históricos. Hasta un millón de ellos migraron a la extrema derecha.
Y lo hará como el tercer partido más votado, con una representación muy por encima del 5 por ciento necesario para acceder al Bundestag. Con un discurso antimigrante, xenófobo y contrario al europeo, Alternativa por Alemania (Afd) habría logrado un 12.9 por ciento de los votos.
La aritmética indica que Afd podría tener cerca de 90 escaños en el Parlamento, lo que supone un potencial para marcar la agenda política y el debate nacional sin precedentes.
«Vamos a recuperar nuestro país y nuestro pueblo», dijo el colíder del partido, Alexander Gauland.
Merkel representa aún para muchos ciudadanos la estabilidad, en un mundo convulso en el que habitan Donald Trump, Recep Tayyip Erdogán y Kim Jong-un.
Es también para sus votantes, la artífice de un periodo económico, que a pesar de la lacerante desigualdad que recorre el país y los estragos proyectados en el exterior por su política comercial, ha reportado altas cotas de bienestar a millones de ciudadanos en Alemania.
Volker Kraftczyk, un ingeniero aeronáutico, de 47 años, resumió ese sentimiento después de votar en un barrio del norte de Berlín.
«Es una mujer fuerte que nos representa bien en el resto del mundo. Y aquí dentro. Alemania es uno de los países más ricos del mundo. No nos podemos quejar, ¿no?», señaló.
Aún así, la caída de más de 8 puntos que ha sufrido el bloque conservador, indica que la crisis política nacida tras la llegada de 1.3 millones de refugiados al país sigue viva.
Formar un Gobierno con Verdes y Liberales sería entonces la única opción viable para el partido de la Canciller alemana, obligada ahora a buscar un socio de coalición.
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