Rigoberto Hernández Guevara
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Desde que nací he buscado mi contraparte. E inicié el recorrido a mi muerte.
Así es. Increíblemente el recorrido que es la vida es sólo el camino que lleva al final de todas las cosas. Porque todo se acaba cuando mueres. Nadie se queda, todos se van contigo a donde vayas aunque no los veas. Se trata de unir la vida con la muerte, es una reunión inevitable.
Supongo que a veces quieres que esto no ocurra, pero lo ves constantemente en el rostro de las personas que ya no se mueven, tienen esa quietud de quienes ya nada quieren.
Pude haber muerto antes y no lo hice, no fue adrede, con la muerte no se juega.
La vida es un paso muy sencillo a otra parte, a una “X”, a una terminal de autobuses que va a todas direcciones y cuyo boleto no compraste.
La dirección inexacta es porque aún no la sabes, seguramente el compañero o compañera que viaje contigo te preguntará lo mismo.
Tal vez haya nada como dicen, o que te estén esperando en un comité de bienvenida, pero es verdad, la muerte es inesperada e insuperada.
Quieres que la muerte sea como siempre pensaste, como escuchaste que era, pero lo que ves es distinto, ni siquiera es, no alcanza a figurar si es luz u oscuridad, si hay palabras o silencios, si es hueco o relleno, si vas, o vuelves de dónde vas.
El corredor infinito de la muerte es un hilo de la vida. La lucha más cruel es sin uñas, sin dientes y sin cuerpo.
El viento es un mar violento, los colores apenas caben en los ojos y se van desvaneciendo con el tiempo, eran una ilusión, piensas, eran como el pensamiento.
La noche si es que es noche, se alinea, son los párpados y el sol si no es sol, es un viejo recuerdo perdido en los ojos.
Se deja el perro ladrando, los sacerdotes orando, la historia ignorada no escrita, las palabras garabatadas como un idiota. Se deja lo propio y nada se queda.
En las estelas de la ropa, en el fuego del aire, en el fastuoso sueño de los vivos, estás presente todavía como tributo de polvo. Polvo eras, el polvo se llenó de carne, de sangre, de sustento interminable. Agua mojada, sentimiento propio.
En el contexto, morir es un poder de alguna manera, no muere quien no nace, para morir se ha nacido, en los pueblos llenos de muertos, se nace para eso, para irnos enterrando los unos a los otros.
HASTA LA PRÓXIMA
Discussion about this post