Agencias
Siria.- La ciudad siria de Raqqa ha sido liberada de milicianos del autodenominado Estado Islámico (EI), afirmó el martes un comandante de las fuerzas sirias con apoyo estadounidenses.
El general de brigada, Talal Sillo, aseguró que ya no había enfrentamientos en la ciudad, y que más tarde se haría un una declaración formal, tras lo que llamó la caída de la capital del terrorismo.
Docenas de milicianos que se negaron a rendirse plantaron su última defensa en el estadio de la ciudad, que se había convertido en una prisión de la milicia radical. No estaba claro si aún quedaban milicianos en el lugar.
La ciudad de Raqqa cayó en manos del grupo terrorista en 2014 y se convirtió en la capital de facto de su autoproclamado califato.
Horas antes, las fuerzas de liderazgo kurdo y con apoyo estadounidense que combaten al Estado Islámico en Siria anunciaron la toma del hospital de Raqqa, que servía de cuartel general el grupo extremista conocido también por las siglas ISIS.
El recinto era uno de los últimos fortines de la milicia radical en Raqqa y funcionaba al mismo tiempo como hospital y como centro de mando.
La toma del hospital dejó a los milicianos del grupo extremista arrinconados en torno al estadio municipal de la ciudad, convertido en una enorme prisión en la que encarcelaron a cualquiera que se opusiera a su brutal gobierno.
En la ofensiva al hospital murieron 22 miembros del Estado Islámico, indicó Musafa Beli, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias.
Perder Raqqa es un enorme golpe para la milicia extremista, que ha ido perdiendo territorio en Siria e Irak, como ocurrió hace dos meses con Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak.
El grupo declaró que la ciudad a orillas del Éufrates, que arrebató a otros rebeldes sirios a principios de 2014, sería la capital de su autoproclamado califato.
Su ocupación convirtió una bulliciosa metrópoli en el epicentro de un régimen brutal, donde se decapitaba a los disidentes y se planificaban atentados terroristas.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) tomaron el lunes la «Plaza Paraíso», que los milicianos extremistas utilizaban para ejecuciones y decapitaciones, obligando a los vecinos a presenciarlas tras convocarlos con altavoces.
Allí se dejaban durante días los cuerpos y cabezas cortadas, colocadas sobre postes. Los vecinos describieron cómo se etiquetaban los cadáveres con los supuestos delitos de los fallecidos para que los viera la gente.
La plaza, antes conocida por su famosa heladería, no tardó en ser conocida como Plaza del Infierno, Jahim en árabe.
Con la captura del hospital se arrió la última bandera negra del EI en la ciudad, según la agencia kurda de noticias Hawar.
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