Oscar Contreras Nava
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Hace unos días, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, alter ego del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ante los embajadores acreditados en el país, destapó a José Antonio Meade como el próximo candidato del PRI que buscará llegar a Los Pinos.
Esto no le gustó mucho a Peña Nieto, pero como es su asesor, consejero espiritual y guía político, pues se aguantó y no pasó a mayores a pesar de que hizo un berrinchito pero se tuvo que aguantar, porque al final Meade siempre sí quedó.
Ahora bien, Pepe Toño, como ahora así le dicen a Meade para hacerlo popular entre la raza, ya siendo candidato del tricolor no cambiará para nada el discurso reformador de la economía mexicana y sí llega a ganar la elección de 2018, como así parece, seguiremos igual o peor que desde hace más de 30 años.
Y es que Pepe Toño es un ortodoxo del neoliberalismo y un extremista de la globalización, es decir, es un digno representante del grupo en el poder, de los millonarios de este país y de la alta burocracia del gobierno mexicano.
Su presencia en el escenario político nos asegura que la brecha de la desigualdad –ricos y pobres- en México, seguirá creciendo, no habrá oportunidades para salir de la pobreza, pero también la violencia y la inseguridad consolidarán su presencia en el país, porque a Meade le importa un comino la justicia social.
Así que también aumentarán los asaltos, secuestros, extorsiones y el robo de gasolinas crecerá por todo el país, ya que no habrá cambios, porque Meade no modificará ni un centímetro el criminal modelo económico que nos ahoga a los mexicanos.
Meade proviene de una familia de burócratas y como tal, es muy institucional. Dicen que es santurrón, transparente, que no tiene manchas en su currículum por algún señalamiento y hasta la contraloría de la federación ni siquiera tiene algún reporte de él, por haber llegado tarde a su oficina.
O sea que Pepe Toño es un ejemplo institucional a seguir, es obediente, sumiso con los poderosos del dinero, ama y respeta a los Estados Unidos como si fuera su país y cumple cabalmente con los mandatos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Por cierto, el vetusto dirigente de la CTM, Miguel Ángel Aceves, le dijo que es el candidato de la esperanza de los obreros de México, pero Ismael, el ahora campesino y dirigente de la CNC, le refrendó su apoyo para consolidar las reformas estructurales que han terminado con la clase media, los obreros y los campesinos de este país.
En fin, el panorama económico y social para México no es nada alentador y no se vislumbra en el escenario nacional un candidato que quiera a México, que luche por su gente, por darle oportunidades y prosperidad.
Así que hoy recordamos las palabras de Robert Lansing, secretario de Estado norteamericano en la administración de Woodrow Wilson 1915-1920 quien en un discurso al término de la Revolución Mexicana dijo lo que el gobierno de Estados Unidos debería hacer con México para eliminar la “amenaza del empoderamiento popular”, y las cuales hoy con Pepe Toño Meade se consolidan:
“México es un país extraordinario, fácil de dominar porque basta con controlar un sólo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia a un ciudadano americano ya que esto llevaría otra vez a la guerra.
La solución necesita más tiempo: debemos abrir a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y el respeto al liderazgo de Estados Unidos.
Con el tiempo esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes, finalmente se adueñarán de la presidencia; entonces, sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos.
Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.
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