Max Ávila
*El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Durante su registro como pre-candidato único del PRI a la presidencia de la república José Antonio Meade debió sentir la intensidad del tufo que caracteriza a la clase política oficial. Y es que ahí, en la mera sede del CEN, desfiló “lo más distinguido” de cuantos han devaluado a este país hasta niveles que merecen la crítica y condena internacional, además del sufrimiento interno de millones de familias. Ni cómo evitar que en el exterior se hable de México y sus autoridades respecto de inseguridad, corrupción, pobreza, violencia o atentado a los derechos humanos cuando estamos ciertos de que la república vive una de sus peores etapas. Debió sentir Meade el tufo de la política digo, a pesar de su discurso muy lejano de la realidad que vive la mayoría de la población. Asegurar que el combate a la corrupción será prioridad durante su administración tiene valor semejante a lo que dijo el actual presidente al inicio de su campaña. Sea que no significa nada, nadita de nada. Y existe razón para suponer que el combate a tan terrible flagelo no es otra cosa que frase de un discurso vacío. ¿Cómo ignorar que el ex pentasecretario es producto del sistema y todos sus vicios y defectos?. He aquí la primera y más importante sospecha porque se enfrentaría a quien y a quienes se obsesionaron con su candidatura. Por ahí no hay nada porque estaría obligado a romper con el PRI y sus próceres de mayor alcurnia lo cual le ubicaría en serio peligro, incluida su seguridad personal. ¿Combatir la corrupción?, ¡por favor!. Ello obligaría a la persecución y encarcelamiento de incontables e importantes funcionarios, empresarios y todos aquellos que han participado del botín llamado México, mismos que estarían dispuestos a todo con tal de que la impunidad persista. De manera que Meade acudió al CEN tricolor a hablar sobre un tema prohibido el cual a la vez le servirá para competir por el más alto cargo. Y se refirió a la corrupción en el seno de un partido marcado por la inmoralidad y la demagogia recibiendo el aplauso de los ejemplares más grotescos de tan dañina práctica. Increíble pero cierto…producto in México. Tal vez el aspecto bonachón del virtual candidato podría atraer confianza, pero, ¿de quién?. No de los marginados que cercanos a los 90 millones siguen siendo las víctimas favoritas del sistema que ahora ofrece defender el ex funcionario frente a “los enemigos de la Revolución”. Quizá los grandes empresarios nacionales y extranjeros sean aliados verdaderos de alguien que ofrece sus manos limpias y honestas en respuesta a una decisión que quebranta los valores partidistas. Sea como fuere el columnista está convencido de que Meade fue a la iglesia para hablar del demonio y el infierno y no de los santos y el paraíso ante una audiencia que debió escandalizarse y que sin embargo aceptó aplaudir cumpliendo con un ritual envejecido, caduco y agonizante. Total, se trataba solo de aplaudir.
LOS MOTIVOS DE “EL PEJE”
Por supuesto AMLO ha dado material con la presunta amnistía hacia quienes quebrantan la ley. Fue una declaración riesgosa que sus adversarios están utilizando para golpearlo extrayendo el tema de su contexto original. Cierto, algo dijo al respecto pero no en la dimensión que le acreditan. Estaremos de acuerdo en que fue un descuido que no debiera repetirse ni sobre este asunto ni en torno de otros que lastiman severamente el sentimiento nacional. De manera que “El peje” ha de tener mucho cuidado para no alimentar la desesperación de quienes creen que los mexicas estaríamos dispuestos a perdonar una vez más.
SUCEDE QUE
¡Vaya polémica desatada en torno al costo de la estancia de los vehículos extranjeros!. La verdad es tan grande el problema de “los chuecos” que supera cualquier fantasía. Lo más triste es que todo se teje sobre un asunto cuyas proporciones crecieron gracias a la tolerancia originada desde años, ¿dónde cree?, ¡pues en la corrupción!…Y ni modo que sea invento. Y hablando de corrupción uno se pregunta, si el señor Meade fue secretario de Hacienda durante el actual y el anterior sexenio, ¿por qué no resolvió dicho problema?…Mientras tanto ya se sabe que la diputada Mercedes del Carmen Guillén fue ardiente defensora de la iniciativa relacionada con seguridad interior lo cual le garantiza permanecer en el Congreso de la Unión los próximos años. Dada la importancia del asunto, ¿alguien lo duda?….Quisiera seguir pero me gana la risa.
Y hasta la próxima.
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