Por Redacción
Cd. Victoria, Tamaulipas.- A través de estudios que realiza el Cuerpo Académico de Sanidad Animal, especialistas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) monitorean la presencia de una bacteria que afecta al jabalí, con el potencial de transmitir enfermedades a otras especies de fauna cinegética y doméstica.
Al respecto el Dr. José Luís Palomares Rangel, explicó que es un proyecto derivado de una línea de investigación que se trabaja desde hace años y que comprende el estudio del jabalí endémico de esta región conocido como “pecarí de collar”.
“Se indagan enfermedades y posibles patógenos; se trata de una especie silvestre que abunda mucho en el noreste que es el pecarí de collar. Esta especie se distribuye desde la parte sur de Estados Unidos hasta Argentina, y tiene muchas poblaciones en la parte noreste de México, es utilizada en la actividad cinegética, se caza y su carne también es para consumo”.
“La finalidad del proyecto es muestrearlo y detectar qué agentes patógenos puedan invadir a esta especie o infectarla, y si alguna de estas enfermedades puede ser transmitida hacia los seres humanos o a las especies domésticas de producción”, indicó.
Refirió que aunque la especie es salvaje tiene la capacidad para distribuirse en muchos ecosistemas.
“En muchas situaciones está compartiendo el mismo hábitat con el ganado, aquí en Tamaulipas se ocupa mucho el pastoreo, los animales están libres en el monte, y hay una posibilidad de convivencia entre esta especie y el ganado bovino entonces puede haber un cruce de enfermedades”, añadió.
Señaló además que el pecarí de collar puede ser un reservorio para ciertos agentes patógenos que puedan afectar al ser humano y al ganado.
“Hasta ahora se han encontrado lesiones sugestivas a una bacteria que se conoce como Leptospira, esta puede ser zoonótica, en algunos casos afectando a sistemas como el hepático o renal”.
Dijo que los cuadros pueden ser muy agudos, es decir que los síntomas se presentan muy rápido, o bien mantenerse en el organismo de manera latente y hasta después de un tiempo puede producir la enfermedad.
“Por ello se está buscando asociar las lesiones a éste o a otros patógenos, y buscando aislarlo para comprobar que existe en el jabalí. La bacteria sí está en el ambiente en lugares húmedos, generalmente donde hay gran cantidad de agua, por ejemplo lagos o pozos”, apuntó.
Subrayó que la Leptospira es una bacteria cuyo principal transmisor son los roedores, “por ejemplo ratones, que cuando adquieren la bacteria, puede salir en la orina, y ser adquirida por otras especies como perros, cerdos, vacas o el mismo ser humano”.
Concluyó que otro punto de vista del proyecto es el ecológico, para analizar cuando las poblaciones crecen sin control y se convierten en fauna nociva.
“Significa que empiezan a evadir ciertos ecosistemas y empiezan a desplazar a otras especies. En el caso del jabalí hubo un tiempo que las poblaciones disminuyeron pero actualmente volvieron a aumentar”, puntualizó.
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