Max Ávila
*El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En Veracruz “el ciudadano” Meade dijo recién que el país debe emprender “un cambio crítico para responder a una sociedad que está enojada e indignada por la corrupción e inseguridad”. Y los presentes le aplaudieron sin dejar de extrañar el atrevimiento, aunque el pre-candidato tricolor olvidó señalar la forma y manera en que tal cambio se podría lograr.
En este sentido el resto de la república sí sabe cómo hacerlo y no será eligiéndolo como presidente.
Tales expresiones comprometen a Meade, tanto que estaría en riesgo su permanencia como abanderado del supremo gobierno al cargo más importante de la nación, por la sencilla razón de su actitud opuesta a la costumbre inmoral de la clase política.
Si nos atuviéramos al significado exacto de sus palabras podríamos creer que el ex funcionario bi-sexenal estaría rompiendo con el presidente Peña y desde luego con el PRI y sin embargo hay que tomarlas de quien viene porque ni se trata de una confrontación, mucho menos del cambio de discurso que pudiera colocarlo en un escenario de mayor aceptación.
Usted dirá que en otra ocasión Meade “lamentó” que el ex gobernador Javier Duarte “hubiera fallado” a los veracruzanos. Es cierto, aunque sin especificar en qué pudo consistir dicha falla y ni modo que lo ignorara cuando como funcionario tuvo tratos y acuerdos con el presunto delincuente. (Que dicho aquí entre nos, podría resultar una blanca paloma gracias a la generosidad de “la justicia” que casi, casi lo ubica en calidad de “mártir”).
La verdad es que Meade parece no estar en campaña; evita los actos masivos quizá por no exponerse a los reclamos de la gente que él mismo califica de “enojada e indignada”, en tanto los rumores crecen respecto de un probable sustituto que dicen, no podría ser otro que Aurelio Nuño, lo que de suceder no cambiaría el rechazo popular a todo lo que huela a PRI.
Y VIENE “LO MERO BUENO”.
Esto último nos remite al ridículo en que cayeron “los genios” oficiales en cuanto a insistir sobre la relación de AMLO con líderes de gobiernos extranjeros, especialmente con el ruso Putín y el venezolano Maduro. ¡Qué poca imaginación!… (pá decirlo en forma decente).
La mayor parte de la sociedad civil está cierta de que el nivel adoptado por la dirigencia tricolor es el que corresponde a su carencia de moral y ética política. No es posible que el proceso electoral considerado el más importante de los últimos tiempos, pueda alcanzar tamaña bajeza. Y eso que lo mero bueno vendrá después de febrero, allá cuando la suciedad política se muestre en toda su magnitud y fetidez.
Sea como fuere también es cierto que en esta ocasión los votantes se inclinarán por la persona no por el partido. Y es aquí justamente donde AMLO lleva ventaja rumbo a lo que parece irreversible, es decir, a convertirse en presidente de México.
De manera que lo visto hasta ahora es apenas el principio, por ello no sería raro que al transcurrir las semanas y los meses la desesperación uniera a los adversarios del tabasqueño en su contra.
En este caso no hay que perder de vista a “el bronco” Jaime Rodríguez y Margarita Zavala, “independientes a pedido” cuyas señales no parecen estar ajenas al interés tricolor. Y deje, que en una de esas hasta Ricardo Anaya le entra a esta alianza que desde ahora denominan: “¡cualquiera menos López Obrador!”.
Lo otro sería concretar el gran fraude utilizando toda clase de artimañas cibernéticas, aunque lo más grave y difícil de aceptar es la posibilidad de un atentado. Algunos analistas serios anticipan el temor de que algo de esto pueda ocurrir. La angustia llevada al extremo es terrible y la memoria histórica lo tiene presente.
Por otra parte no olvidéis que el presidente Peña Nieto ya se subió al cuadrilátero como parte de una estrategia que podría conducir a una delicada situación de riesgo colectivo…ojo porque ya se ve y se siente que a la clase política oficial lo menos que le importa es la paz pública.
SUCEDE QUE
Más que una pena sería un error que en Tamaulipas MORENA abusara de “la pepena” abanderando a “grillos” tramposos, “chapulines” en busca de impunidad o vulgares “nominautas”. Y es que con honrosas excepciones, son muchos y variados los que rondan al señalado partido tratando de seguir disfrutando los placeres del poder.
Alguien debiera alertar sobre casos concretos como el ex alcalde de Nuevo Laredo Ramón Garza Barrios, la matamorense Leticia Salazar, el regidor victorense que hasta dirigió el tricolor y uno que otro “junior” heredero de la funesta monarquía partidista que padeció el estado.
Importa entonces que debido a candidaturas erróneas AMLO eche a perder lo ganado por estos andurriales…habrá que vigilar la dirigencia local, “y no es por desconfianza sino por precaución”, como dijo aquel.
Y hasta la próxima.
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