Agencias
Barcelona.- El presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, propuso hoy a Carles Puigdemont como candidato a la Presidencia del Gobierno de esa región, cargo que se votará en un debate que tendrá lugar a finales de mes.
Puigdemont huyó a Bruselas el 30 de octubre, tres días después de que el Parlamento autonómico aprobara una declaración ilegal de independencia, que supuso el cese del Ejecutivo que presidía y la disolución de la Cámara catalana.
En los comicios regionales del 21 de diciembre pasado los partidos independentistas lograron 70 de los 135 escaños de la Cámara, lo que les garantiza la mayoría absoluta, aunque la situación judicial de Puigdemont suscita interrogantes sobre cómo será candidato al Gabinete regional.
Torrent explicó a la prensa que el ex Presidente catalán es el aspirante que cuenta con más apoyos tras la ronda de contactos que ha tenido en días pasados con los diferentes partidos representados en el Parlamento.
Los comicios fueron ganados por Ciudadanos (36 escaños), partido defensor de la unidad de España, pero los asientos logrados por esa fuerza y sus eventuales aliados son insuficientes frente a la mayoría de los grupos independentistas.
Puigdemont tiene la «absoluta legitimidad» para ser candidato a la Presidencia de la región, dijo Torrent, quien agregó que su deber es «hacer todo lo que esté en mis manos para asegurar que todos los diputados se puedan expresar libremente como representantes de la voluntad popular».
El ex líder catalán, que hoy está en Copenhague para dar una conferencia, sopesa la vía de una investidura a distancia o delegada, de modo que intervenga a través de videoconferencia o que su discurso sea leído por otro parlamentario afín.
El Gobierno español rechaza esa opción y la valorará ante la Justicia; mientras que, los letrados jurídicos de la Cámara catalana aseguraron que no es conforme a derecho.
Torrent envió además, una carta al Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al que pidió una reunión para abordar la «situación anómala» que vive el Parlamento por tener diputados en prisión o en Bélgica, acusados de delitos como rebelión, sedición o malversación de fondos.
«En estos momentos nos toca explorar todas las vías posibles para hacer de la política y el diálogo un objetivo irrenunciable», dijo el presidente de la Cámara, para quien la situación de los ocho parlamentarios en prisión o en Bélgica hace que se vean vulnerados sus derechos de representación y los de la ciudadanía a la que representan.
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