Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En los primeros golpes y fintas lo «doblaron». No batallaron mucho. La jerarquía echó reversa a sus exigencias y conservarán los votos de Hidalgo, Villagrán y Mainero.
Después de negociar, este jueves acudieron a registrarse como abanderados del Partido Acción Nacional los precandidatos a las alcaldías de Hidalgo, Wenceslao Zúñiga Vázquez; Villagrán, Gustavo Estrella Cabrera, y Mainero la señora Isabel Martínez González.
Personalmente asistió con ellos la diputada Nohemí Estrella Leal, quien dijo que se dieron malos entendidos, dialogó con la dirigencia y pudieron registrar. Quedan pendientes Padilla y Güémez.
Lo que se perdió, dijo, es San Carlos. Ahí la comunidad se va con Francisco López Villafranca, por las siglas del PRI.
La propia Estrella Leal se queda en la bancada azul del Congreso del Estado y Francisco «Kiko» Elizondo Salazar, el jefe estatal, echa reversa a su dicho de que la va a expulsar.
Bien dicen que la conformidad es la base del entendimiento y armonía. Platicando se pueden hacer cosas buenas.
La falta de capacidad negociadora se había dado porque la gente de Acción Nacional quería imponer las planillas de los ayuntamientos cuando es lógico que, los presidentes, son los que necesitan llevar a su gente, son los que van a batallar con cada regidor y síndicos.
En fin, la tormenta en los municipios del centro del estado no llegó a mayores. Las deserciones solo fueron en un municipio.
Mientras tanto, el gran negociador azul ha tenido éxito en otras regiones. Ha sabido concertar con priístas y de otras corrientes o simplemente de la sociedad civil. Sabe meterse la mano a la bolsa, asignar concesiones y repartir con equidad el pastel de los cabildos.
En lo federal está haciendo lo mismo. Está demostrando que sabe hacer «amarres». Los ejercitó en el 2016 con la confianza del jefe y le dieron resultados. Los tendrá en los comicios de julio.
Por el V distrito, Madero, va Zeferino Lee Rodríguez, delegado de Sedesol en Altamira, aunque se trata de una posición asignada al Partido de la Revolución Democrática. Por si ocurre algún inconveniente, ahí está un independiente para restar votos.
El «tinglado» está bien armado. Por Matamoros, que en el convenio se repartió al Movimiento Ciudadano, la candidata será Leticia Salazar Vázquez, también del PAN. Se la «prestan» dentro de la coalición.
Por lo que hace a los municipios, el negociador tiene bien claro ganar Altamira. La fiesta está lista. El camino es la reelección de Alma Laura Amparán y para ello repartir el «pastel» entre los invitados. La orquesta toca en armonía. Solo desentona un diputado llamado Ciro que rehúsa entrar a las reglas del juego. Anuncia que se va por el PES.
Sin embargo las negociaciones del operador parecen haber llegado a los partidos todos, incluyendo dichas siglas, como en los viejos tiempos del «Negro» Gamundi Rosas, aquel que pregonó y cumplió su «ocho de ocho».
Este domingo habrá elecciones internas de Acción Nacional para «nombrar» como su candidato a la Presidencia de la República a Ricardo Anaya Cortés. Se anticipa que habrá fraude.
¿Cómo se dará? Con los mismos métodos que por largos años condenaron los panistas: Operación menudo, acarreados, ratón loco, operación carrusel y otros de la vieja escuela priísta.
No hay más contendientes, es Ricardo Vs Ricardo.
Lo que puede pasar es que los militantes no acudan a las mesas de votación ¿Para qué? De todas maneras será el abanderado de la coalición. Pérdida de tiempo, se dicen.
No hay mucho margen hacia dónde ir. A nivel México el PAN tiene un promedio de 281 mil afiliados y en Tamaulipas ocho mil 800. La idea es arrastrar al mayor número.
Serán instaladas mil 457 casillas en mil 245 centros de votación, la mayor parte en los comités municipales o sedes regionales del partido. El desaliento es la candidatura única. Se antoja una «elección mosqueada».
Ante ello, el abanderado y su equipo tratarán de conseguir el mayor número de sufragios. El muchacho necesita demostrar «músculo» ante las oposiciones. De ahí la idea de poner en marcha la ingeniería electoral en todo México.
No puede arrojar saldos de 20 o 30 por ciento de votación. Si la militancia de su partido no vota por él, menos va a convencer a los militantes de otros o libres.
Donde se dará un choque de trenes es en Reynosa para ocupar la sucesión de la chihuahueña Maki Esther Ortiz Domínguez. El PRI acaba de seleccionar a Serapio Cantú Barragán como su abanderado.
En la esquina panista ya está listo Jesús María Moreno Ibarra y en la pejista Rigoberto Garza Faz. Los tres se disputarán el mismo número de electores. Será la plaza más peleada en la contienda que termina el uno de julio. Es la casa del jefe político y cada quien le echará toda la carne al asador.
Aparte se encuentran las fuerzas del «chiquitiaje» y algunos independientes que, si bien no definirán la elección, sí fijarán tendencias.
Si cambiamos de tema, mire que los ex funcionarios del gobierno estatal priísta, Tirso Zurita Martínez y Felícitas Garza Zurita (¿parientes?), deben estar carcajénadose a mandíbula abierta por las sanciones que le impuso la jefa de Obras Públicas, Doña Cecilia del Alto López.
Ella se desempeñaba como directora de Licitaciones y Contratos y él Director Administrativo de dicha secretaría en la época de la corrupción priísta de Egidio Torre, y se les entabló juicio administrativo por irregularidades detectadas.
La pena que les aplicó Doña Cecilia: «Amonestación pública», que ya se publicó en el POE.
Siguen dando lástimas los precandidatos del PRI al senado, Yahleel Abdala Carmona y Alejandro Guevara Cobos. Dijeron que este jueves se reunieron con la estructura priísta de Tula, Palmillas, Miquihuana, Bustamante, Jaumave y Victoria en «visita de doctor».
Para el viernes harán frente a una prensa crítica y puntillosa de la capital. No se espera que salgan bien librados de los comunicadores.
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