Rigoberto Hernández Guevara
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Ya están la mayoría de los precandidatos que disputarán ser electos por su partido para contender por un cargo de elección popular, falta uno que otro, pero en los próximos días se irán dando a conocer a la luz pública, en lo que algunos ya están más que enterados que ellos nomás no llegaron, se les fue el tren bien gacho.
La política es de tiempos, pero el asunto es como la fotografía, es en el momento exacto, después de eso se mueve la liebre muy rápido y si vuelve ya no es lo mismo, o puede ser que haya una toma mejor, pero eso nadie lo sabe.
Por eso es que hay personajes que andan desalentados que ni el sol los calienta ni la sombra les cobija, ni se arrimaron a buen árbol.
Lo que sigue es una batalla abierta contra quien les pongan enfrente, de uno y otro bando, pero por mientras está la batalla campal adentro de sus tiendas, donde todavía, antes de mandar a un infeliz a perder a la constitucional, algo se puede arreglar, eso todo mundo lo entiende.
Antaño se cambiaban las barajas, pero hoy ni de eso se habla, antes como partido único, el PRI consultaba al bolsillo de todos, pasaban la charola como se decía comúnmente, y no ganaba comoquiera quien más aportaba, pues al fin de cuentas se arreglaban con una buena proveeduría.
Es más, muchos la jugaban para que les dieran quebrada de vender toda la papelería a una secretaría o lo que se ofreciera, se volvían hombres de negocios.
Hoy los tiempos cambiaron dramáticamente y de a peso, el tostón que se van ganando es por acercamiento cauteloso, por abrevar con el que decide en uno y otro partido o por mera lambisconería como suele decirse, que también es política en este pueblo.
Lejos quedó aquello de que política es el arte de seducir al pueblo o de convencerlo, una vez en la boleta se trepan a todos los carros y van una sola vez a ver a la gente y quien sabe qué les dirán porque las convencen, eso es extraño pero muy efectivo.
Hay a quienes la consulta esa que se le hace al pueblo se ha vuelto un arte, pues se las saben de todas todas y fuese más si todavía existieran los del carrusel, los del ratón loco o los del taco, han de andar por ahí pero con el perfil muy bajo.
Y es que también todo cambió en el electorado. Las risas de los candidatos ya son otras y hasta el modo de saludarlo. Hay más vigilancia al respecto, más celo digamos. Se sabe quién con quien y desde una cámara increíblemente oculta por unos y otros, todos los electores somos vigilados, tienen nuestras fotos; y nuestros datos provenientes del INE cualquiera los tiene.
Con esa nos vamos hacía las elecciones que se plantean bastante combativas e incendiarias y ojalá fuese una ocurrencia mía, pero no lo es, está bien que hay que ser creativo, pero usted ve cómo andan de la greña los de arriba y es normal, malo es que se pusieran todos de acuerdo y a ver qué hacíamos con candidatos de tamaña unidad.
HASTA LA PRÓXIMA.
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