Agencias
Washington.- El Presidente Donald Trump expresó su disgusto por la investigación sobre Rusia este domingo, argumentando que el Gobierno de Obama tiene parte de la culpa, insistiendo en que nunca negó la intervención rusa en las elecciones estadounidenses y declarando que «se están muriendo de risa en Moscú».
En una serie de tuits desde su propiedad en Palm Beach, el Presidente abordó el tema días después de que el Fiscal especial Robert Mueller acusó a 13 rusos de coludirse para interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016.
Mientras que la cercana ciudad de Parkland, Florida, sigue lamentando un tiroteo mortal en la escuela que dejó 17 muertos, Rusia era claramente la mejor opción para el Presidente.
La Administración se ha enfocado en el hecho de que la intromisión rusa comenzó en 2014, antes de que Trump anunciara su candidatura a la Casa Blanca, y el Mandatario continuó ese argumento.
Dijo que el principal demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara, el representante de California, Adam Schiff, ahora culpa a la «Administración de Obama por la intromisión rusa en las elecciones de 2016».
Trump parecía estar refiriéndose a una entrevista que Schiff hizo con NBC en la que dijo que la Administración anterior debería haber establecido un «elemento de disuasión más contundente» contra los adversarios extranjeros que consideraban ataques cibernéticos.
Afines de 2016, Obama defendió la respuesta de su Administración a la intromisión rusa, y también dijo que se había enfrentado al Presidente ruso, Vladimir Putin, en septiembre, diciéndole que «lo detuviera».
Por otra parte, Trump criticó a las fuerzas del orden y los legisladores, esta vez, por un pago a Irán aprobado en la Administración de Obama.
Trump dijo que él «nunca ha superado el hecho de que Obama pudo enviar 1.7 millones de dólares EN EFECTIVO a Irán, ¡y nadie en el Congreso, ni el FBI ni el juez pidieron una investigación!».
El Gobierno de Obama transfirió el dinero a Irán en 2016, utilizando moneda no estadounidense. La Administración dijo que era la solución de un reclamo de arbitraje de décadas entre los países. Un pago inicial fue entregado el mismo día en que Teherán acordó liberar a cuatro prisioneros estadounidenses.
El Gobierno al final reconoció que el efectivo se usó como palanca hasta que a los estadounidenses se les permitió salir de Irán. Legisladores republicanos en el Congreso criticaron el pago al considerarlo como un rescate, que la Administración de Obama negó.
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