Max Ávila
* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Esta columneja se escribió antes del segundo debate presidencial sin embargo es de creer que el golpeteo contra AMLO no varió, quizá por el contrario se incrementó dada la desesperación de sus adversarios. Y es que se les acaba el tiempo y no encuentran por dónde influir para cambiar la intención del voto.
Restan treinta y siete días de campaña y el abanderado de MORENA sigue trepado en “caballo de hacienda”. Sus contrarios lo han intentado todo y seguro van por el extra, pero hasta ahora sí que le han hecho “lo que el aire a Juárez”.
Entre lo ultimito está confrontarlo con la Virgen de Guadalupe. ¡Haga usted el recabrón favor!.
El asunto es que de no ocurrir algo extraordinario, López Obrador se perfila como triunfador el primero de julio. Y no lo dice el columnista.
De manera que PRI, PRD y PAN intercambian angustias. En esta circunstancia ¿cuál podría ser la opción última para evitar que AMLO logre la presidencia de la república?.
Vamos descartando un hecho violento que a pesar de los riesgos actuales lo vemos lejano y supongamos una alianza entre Anaya y Meade. Recordéis que los escrúpulos (en caso de que los haya), se guardarían en el cajón de lo inservible por la sencilla razón de que está en juego la sobrevivencia del sistema.
Alguno tendría que declinar y la lógica señala a Meade como el sacrificado dejando libre el camino al panista para encabezar el hipotético gobierno. Pero ojo, se trataría de un régimen de coalición, tema que va tomando forma en medios de comunicación y “anolistos” utilizados por el poder “para sensibilizar” a la opinión pública.
Increíble pero probable. ¿Cuántas cosas raras han pasado en este proceso?, ¿cuándo habíamos visto que el PRI tuviera un candidato y a un dirigente nacional ajenos al partido? o que “la izquierda” perredista se hermanara justo con los enemigos que combatió hasta el cansancio tan solo para obtener cargos públicos.
¿Se imagina PRI, PAN y PRD unidos contra MORENA?. Aun así es de dudar que derroten a AMLO si nos atenemos a las encuestas mismas que ciertamente no votan como “sabiamente” asegura Meade, pero sí muestran el estado de ánimo ciudadano. En este caso de completo y absoluto en-cabrona-miento por los motivos que conocemos.
Quedamos en que solo faltaría que PRI, PAN y PRD se organizaran en un frente para intentar lo imposible. Y pue-que lo hagan cuando el destino ya los alcanzó. ¡Ah, bruto!.
PRI, UN LÍDER CON PRISA
René Juárez Cisneros recién visitó el centro del estado. Y lo hizo tan de prisa que apenas pudo compartir la soledad que abruma al tricolor tamaulipeco. El dirigente vino a recordar a sus candidatos que seguirán abandonados porque no hay recursos para apoyar como se debe.
Palabras más, palabras menos dijo: “vamos a dejar a un lado el dinero y logremos con entusiasmo la victoria”. René olvidó la máxima surgida de su partido: “Político pobre, ¡pobre político!”.
Incrédulo lo observaba Alejandro Guevara Cobos y más allá escondían la pena el resto de los candidatos. Sea que la esperanza se esfumó con el mismo dolor con que fue construida.
Frase inmortal de René Juárez: “Hay que rascarse con sus propias uñas y dejemos de lamentar la desgracia”. (Entonces Checo Guajardo extrajo de su guayabera un relicario y empezó a rezar).
El CEN priista definió a Tamaulipas como “prioritario”. ¿Cómo estarán aquellos estados que no cuentan con tal privilegio?.
El discurso de Juárez es el patético anuncio de la derrota que viene aunque también sonó como la despedida última, sea la del no retorno…como la del sentenciado que camina rumbo al patíbulo en medio de insultos y agresiones. (O “mentadas” que no es lo mismo pero es igual). ¡Órale!.
EL DR. XICO, LA DIFERENCIA
A nivel local se cumple la primera semana de campañas y los candidatos toman calor, color y sabor. En el caso de Xicoténcatl González Uresti quien va por la alcaldía victorense, se ve y se siente su presencia ordenada, sin prisas ni exageraciones en los puntos neurálgicos que afectan a la comunidad.
Hay que insistir en que este popular médico tiene una visión humanista de la administración pública. Es la política concebida como la fase superior de entendimiento y solución de la problemática social sin adorno ni demagogia.
Es una forma diferente de ganar y disfrutar los votos, eso dicen….pues que bueno.
Y hasta la próxima.
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