Max Ávila
* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Sabrás que AMLO heredará una “deuda histórica”. Se trata de diez billones de pesos, es decir, diez millones de millones que significan el 42 por ciento del Producto Interno Bruto.
En este sentido los especialistas calculan que cada mexica debemos más o menos 80 mil pesos. Hasta los que en este momento nacen y los que estarán por venir durante varias generaciones.
El país “está tronado”. Así lo dejan los políticos y sus socios empresariales nacionales y extranjeros, que se llenaron los bolsillos, hasta que el primero de julio la mayoría electoral dijo “¡basta!” y puso a funcionar las ruedas de la historia.
Pero la deuda queda y tocará al próximo régimen batallar para cumplir los compromisos derivados de los errores y la placentera ambición que enriqueció y enloqueció, a quienes durante muchos años, tomaron la administración pública como negocio particular.
La cantidad se acumuló los últimos cuatro sexenios. Zedillo la dejó en 2 billones; Fox en 3.1, Calderón en 5.9 para que el actual presidente la incrementara en algo más del 80 ciento.
Un dato curioso es que pese a esto, recién Peña Nieto solicitó otro préstamo de 10 mil millones de dólares que a cuatro meses de que abandone el cargo, nadie se explica (ni explican con claridad), para qué será utilizado.
Desde luego las especulaciones van y vienen hasta coincidir en la sospecha de que algo turbio se oculta.
El asunto es que no habrá dinero que alcance para saldar la señalada deuda cuando existen tantos y tantos problemas por resolver.
Ya sabéis que AMLO tiene en Juárez su máxima inspiración. Pues bien, una situación semejante enfrentó el Benemérito de las Américas cuando en 1857 asumió la presidencia.
Enormes cantidades se debían especialmente a Inglaterra, España y Francia que resultaba imposible pagar. Las arcas estaban vacías debido, en gran medida, a las constantes luchas internas y al respectivo saqueo de quienes se turnaban el poder.
A Juárez no quedó más remedio que declarar moratoria de pagos.
Fue entonces que los gobiernos de tales países decidieron invadir, aunque solo los franceses concretaron la infamia con los resultados ya conocidos.
Por supuesto, no creemos que AMLO tome la misma decisión que Juárez. Sería un suicidio porque el país sería condenado al bloqueo internacional de consecuencias económicas y sociales no imaginadas.
EMPEZAR DE CERO
De manera que la deuda se incrementó durante el presente sexenio, gracias a la complacencia del poder legislativo que en última instancia es el encargado de aprobar las solicitudes de préstamos del ejecutivo.
En este punto habremos de preguntar y preguntarnos, ¿dónde quedaron estos recursos, cuando se ve y se siente que no precisamente fueron destinados al desarrollo?.
Y ni modo que sea invento si está “científicamente” comprobado que el 60 por ciento de la población padece pobreza en diversos grados y un 20 por ciento más “rasguña” la indigencia y aún quedan varios millones de compatriotas declarados en “hambruna funcional”.
Por las evidencias de los últimos tiempos, sabemos que la corrupción y la inmoralidad administrativa han dado cuenta de recursos que debieron aplicarse en beneficio público.
AMLO encuentra agónica a la industria petrolera, por lo que una de sus prioridades es rescatarla a la brevedad. Esencial, porque de la producción de combustibles dependerá fortalecer la economía familiar. Eso lo sabemos por experiencia elemental.
En este aspecto lo que sucede ahora es un crimen. ¿Cómo es posible que se hayan desmantelado las refinerías convirtiéndolas en “chatarra”?. Usted dirá lo que todos sabemos, es decir, se trata de justificar el envío del “crudo” a los EU que después regresa a costo multiplicado, y todavía se aplican impuestos que convierten al combustible en artículo de lujo.
Lo anterior es apenas un ejemplo del desmadre que dejan los últimos gobiernos. Y eso que la república “está nadando” en un mar de petróleo.
SUCEDE QUE
AMLO ha llamado al ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente para que represente a México en la ONU. Es un acierto celebrado hasta por los incrédulos que todavía dudan que el próximo régimen está decidido a reconstruir la imagen de la nación.
Mientras tanto la gran burocracia rechaza la disminución de salarios porque afectará su modo de vida. “Pssss que se vayan a la iniciativa privada, a lo mejor les pagan mejor que en el servicio público”, dice la raza.
Hasta la próxima.
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