Por Agencias
Columbus.- Un pequeño pueblo de Nuevo México cerca de la frontera, que alguna vez fue atacado por el revolucionario mexicano Pancho Villa, rechaza la construcción de un muro y la presencia de tropas. Prefiere reivindicar su pasado para atraer a los turistas.
El secretario de Defensa estadunidense Jim Mattis citó la incursión de Villa en 1916 para justificar la orden del presidente Donald Trump de apostar tropas sobre la frontera con México. Entretanto, miles de migrantes que huyen de la violencia y la pobreza en Centroamérica se dirigen a Estados Unidos.
Sin embargo, los residentes de Columbus dicen que los habitantes de ambos lados de la frontera coexisten pacíficamente desde la invasión de Villa. Sostienen que la incursión fue un hecho correspondiente a otra época y que citarla para justificar una mayor seguridad pasa por alto necesidades más apremiantes, como el desarrollo económico y mejores rutas.
«Es solo un pretexto», dijo Roberto Gutiérrez, de 63 años, dueño de una tienda de abarrotes en Columbus. «Desde entonces, la gente cruza (la frontera) sin problemas».
Lo cierto es que el pueblo aprovecha la incursión de Villa para despertar el interés por su historia y atraer visitantes.
Columbus se apresta a lanzar una campaña bajo el lema «Donde el viejo México se encuentra con Nuevo México», que destaca el Parque Estatal Pancho Villa, cerca de la zona del ataque y el lugar donde el ejército planificó su intento fallido de secuestrar a Villa en México. El museo del pueblo exhibe carteles de reclutamiento del ejército y armas antiguas.
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