Max Ávila
* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Estaremos de acuerdo en que México vive un momento crucial. Algo así como la guerra entre el bien y el mal, donde lo más importante pareciera ser la reconstrucción moral de la república.
Sea el rescate de los viejos valores que dieron razón y sentido a instituciones basadas en el respeto personal y hacia los demás.
Por ello no extraña que el presidente López Obrador se refiera con frecuencia a la bondad y honestidad de la gente. Principio que en gran medida, fundamenta su programa de gobierno.
Acude a la Cartilla Moral, escrita en 1944 por Alfonso Reyes a petición del secretario de Educación Jaime Torres Bodet, documento originalmente destinado a la campaña de alfabetización, prioritaria para el régimen encabezado por Manuel Ávila Camacho.
La cartilla está dividida en XIV lecciones y parte de que la moral humana es el código del bien, teniendo como base el respeto a nuestra persona, a la familia, la sociedad, la patria, la especie humana y la naturaleza.
Señala: el hombre es superior al animal porque tiene conciencia del bien, lo cual no debe confundirse con nuestro gusto o provecho. Al bien debemos sacrificarlo todo.
Si los hombres no fuéramos capaces del bien, no habría familia, ni patria ni sociedad. El bien es el conjunto de nuestros deberes morales.
Por lo tanto, la satisfacción de obrar bien es la felicidad más firme y verdadera.
De manera que debe educarse para el bien, donde la voluntad moral trabaje para humanizar más y más al hombre. La obra consiste en llevarlos desde lo animal hasta lo puramente humano, “como un escultor que tallando el bloque de piedra poco a poco va sacando de él una estatua”.
En este sentido el bien superior es el que permite la sobrevivencia de la especie y por tanto, la perduración de la sociedad y desde luego, la existencia de pueblos y hombres.
El respeto social se refiere a la organización en gobiernos con sus leyes propias que asumen varias categorías. Es el campo del derecho que procura establecer la justicia en todos los tratos y compromisos entre los hombres. Igualdad ante la ley que es una de las más notables conquistas humanas.
Por su parte el respeto a la verdad, es la más alta cualidad moral e intelectual.
Pero también existe el respeto a la naturaleza. Y en algunos casos la resignación ante la dependencia de algo ajeno y superior a nosotros. El creyente lo funda en su religión, el filósofo según la doctrina que profese, ve la mano del destino o la ley del universo. Solo el incrédulo ve en ello la obra del azar.
Sin una dosis de respeto para lo que escapa a la voluntad humana, nuestra vida sería imposible. Tal resignación es parte de la virtud.
LA FUERZA HUMANA
Al respecto el poeta inglés Rudyard Kipling hace la siguiente reflexión, incluida en la Cartilla Moral de Alfonso Reyes:
Si no pierdes la calma cuando ya en derredor la están perdiendo todos y contigo se escudan.
Si tienes fe en ti mismo cuando los otros dudan, sin negarles derecho a seguir en su error.
Si no te harta la espera y sabes esperar.
Si calumniado nunca incurres en mentira.
Si aguantas que te odien sin cegarte la ira. Ni darte de muy sabio o muy singular.
Si sueñas y tus sueños no te ofuscan del todo.
Si tu razón no duerme ni en razonar se agota.
Si sabes afrontar el triunfo y la derrota y entrambos impostores tratarlos de igual modo.
Si arrostras que adulteren tu credo los malvados para mal de la gente necia y desprevenida. O, arruinada la obra a que diste vida constante, la levantas con útiles mellados.
Si no te atemoriza, cuando es menester a cara o cruz jugarle perder tus riquezas y con resignación segunda vez empiezas a rehacerlas todas sin hablar del ayer.
Si dominas tu ánimo, tu temple y corazón para que aun te sirvan en plena adversidad.
Y sigues adelante porque tu voluntad grita “¡Adelante!” en medio de tu desolación.
Si no logra embriagarte la turba tornadiza y aunque trates con príncipes guardes tu sencillez.
Si amigos y enemigos nublan tu lucidez. Si aunque a todos ayudas a ninguno lo esclaviza.
Si en el fugaz minuto no dejas un vacío y marcas los sesenta segundos con tu huella, la Tierra es toda tuya y cuanto haya en ella y serás más que eso. ¡Todo un hombre hijo mío!.
(Ahí se las dejo de tarea).
SUCEDE QUE
Ya en serio…¿a qué va el alcalde Xicoténcatl González Uresti a España y la India?
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