Jorge Bladimir Joch González
Cd. Victoria, Tamaulipas.- El sonorense Plutarco Elías Calles y el tamaulipeco Emilio Portes Gil fundaron hace nueve décadas el partido que hoy es el PRI, y al hacerlo desde el poder para mantenerlo su propósito era ganar elecciones.
Y como decía don Daniel Cosío Villegas al nacer éste partido en el sistema político mexicano su misión era evitar las guerras intestinas -que en esa época estaban a la orden del día-, redistribuir el poder entre las élites, y garantizar el cumplimiento de las metas de la Revolución Mexicana.
Se creó la estructura partidista para llegar a todos los rincones del país, y la militancia tuvo importante participación sintiéndose tomada en cuenta.
Sin embargo las cosas fueron cambiando y el partido de Calles y Portes Gil se fue transformando, y al llegar los tecnócratas al poder del país también lo hicieron en forma muy significativa en el partido que a pesar de su importante estructura y fuerza política se convirtió en un membrete más.
Hoy a 90 años de existir el PRI está entre lograr su refundación o reorganizarse para volver a ganar elecciones propósito para el que fue creado, y no solo para subsistir y hasta cierto punto servir de comparsa a quienes llegan al poder.
Pero los que hoy buscan dirigirlo y controlarlo son los mismos que provocaron su debacle formando parte de la camarilla que controla el tricolor, y que desde Miguel de la Madrid hacia acá lo han usufructuado.
Y no solo eso sino que los documentos básicos del partido han sido asaltados como ocurrió en el sexenio salinista que se borró de ellos el concepto y significado de “Revolución Mexicana”, y también se desmantelo la CNOP pilar del PRI, creando el Movimiento Territorial y haciendo otras fisuras, así como cambiarle el lema de “Por la Patria y la Revolución” a “Ciudadanos en Movimiento”, aunque ya se volvió al lema original para reconciliarse con los viejos cenopistas.
De tal forma que quienes hoy buscan llegar a la dirigencia nacional del PRI deben tener bien presente la gran responsabilidad que tienen de devolverle su dignidad como partido político, y al mismo tiempo atender a la militancia que puede cometer errores pero es preferible que lo hagan ellos y no una pandilla que se apodero del partido y que es la causa de su deterioro.
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