Por Agencias
Nueva York.- La jueza federal Carol Bagley Amon, de la Corte de Brooklyn, sentenció a 20 años de prisión al exfiscal general de Nayarit, Édgar Veytia.
Acusado de tres cargos por traficar drogas a Estados Unidos, Veytia también fue condenado a cinco años de libertad bajo supervisión, así como a entregar un millón de dólares de activos confiscados.
En la sentencia, la jueza Amon consideró que Veytia había cometido un “delito extraordinariamente serio”, y explicó que el fiscal, apodado El Diablo según la acusación de la fiscalía, también había autorizado el uso de violencia en su estado, incluyendo asesinatos.
Amon aceptó parte del argumento de la defensa, de que Veytia había sido colocado como autoridad en un estado con altos niveles de corrupción y de violencia, por lo que no tenía opción más que corromperse.
Su tarea era “imponer la ley en un área de México donde no había leyes”, indicó Amon. Sin embargo, expresó que Veytia había permanecido en el estado de Nayarit por un interés financiero.
Explicó que dado que Veytia tiene la ciudadanía estadunidense, y contaba con propiedades en California, el funcionario pudo haber emigrado a Estados Unidos, y así escapar de la violencia en México.
Veytia, por su parte, expresó que lo habían colocado en un “estado de guerra”, pero que aceptaba que había cometido “errores”, por lo que pedía clemencia a la juez.
La acusación de la fiscalía se basó en los favores de Veytia al llamado Cartel H-2, encabezado por Juan Francisco Patrón Sánchez, a cambio de sobornos. Bajo la protección de Veytia, el Cartel H-2 distribuyó cientos de kilos de drogas a Estados Unidos.
Su ayuda también implicó la liberación de prisión de miembros y asociados del Cartel H-2 acusados de tráfico de drogas y posesión de armas, entre otros delitos. Asimismo, instruyó a agentes de las fuerzas del orden a atacar a narcotraficantes rivales en Nayarit.
Veytia se había declarado culpable el pasado 4 de enero, luego de que fuera arrestado en marzo de 2017 en la ciudad de San Diego tras cruzar la frontera desde México. Más tarde fue trasladado a Nueva York, donde fue radicado su caso. (Maurizio Guerrero/Apro).
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