Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Otra vez -como hace una semana-la sesión del Congreso del Estado se convirtió en un show en que las corrientes mayoritarias, PAN y Morena, se dieron hasta con la cubeta.
Ya les gustó el espacio de asuntos generales para dirimir sus diferencias políticas, a lo que dedicaron más tiempo que al trabajo parlamentario, iniciativas y dictámenes.
Sin embargo, apareció un ingrediente nuevo: Las diputadas del PAN y PRI se le fueron a la yugular al morenista Rigoberto Ramos Ordóñez, acusado de calificarlas como “sexo débil” en declaraciones a la prensa.
Desde tribuna abrió fuego en contra de Ordóñez la panista Juana Alicia Sánchez Jiménez, de Reynosa, quien mostró coraje e indignación.
Aun sin mencionarlo por su nombre, acusó a su compañero de “denigrar la condición y el derecho de igualdad del cual gozamos las mujeres, en un acto agresivo y discriminatorio”.
El “delito” del también reynosense, según la diputada: “Con sarcasmo se refirió a nosotras -las mujeres- como personas del sexo débil”.
La descarga en contra del empresario gasolinero fue todavía mayor:
-Lo más vergonzoso es que haya un compañero de este pleno quien dijo semejante barbaridad. No cabe duda que con esa expresión la única debilidad que dejó entrever ante los medios de comunicación, fue la de su forma de pensar.
En la víspera, el de Morena había manifestado a los reporteros que las mujeres no pueden valerse por sí mismas ante una agresión física, por tratarse del “sexo débil”.
Sobre el mismo tema continuó Olga Garza Rodríguez, del PRI, quien le puso nombre y apellido al discriminador.
-Me refiero a las desafortunadas declaraciones del diputado Rigoberto Ramos, sobre que las mujeres somos el sexo débil.
Y acusó:
-No señor diputado, aquí no hay uno más fuerte o uno más débil. Diga usted si somos débiles cuando hay miles de mujeres sacando adelante a su familia porque un hombre las abandonó, se divorciaron o su esposo murió. No somos débiles señor diputado.
Abundó en señalamientos:
-Creo yo diputado, que en sus recorridos (de campaña) tuvo que haberse encontrado a mujeres que han estado luchando solas por sacar adelante a sus hijos. Aquí, en este recinto hay diputadas, compañeras que hemos salido adelante solas… Eso no es ser débiles.
El pleito sexista continuó cuando el aludido, Ramos Ordóñez, subió a tribuna para defenderse, a tratar de explicar sus declaraciones a la prensa.
-Qué tristeza me da pertenecer a este Congreso, por dos razones, o en dos líneas (lo diré). La primera es la pena que se manipule la información. Lo dije en referencia al tema físico, no al tema de habilidad mental, de empoderamiento.
A su vez acusó: “Se ve que alguien, a costa de mí, quiere hacer fama”.
Los señalamientos sobre el “misógino” continuaron en voz de Roxana Gómez Pérez, panista de Río Bravo:
-No puedo callarme, guardar silencio ante esa frase misógina al ciento por ciento. Esa frase de que la mujer es el sexo débil. Y todavía es más fuerte, se magnifica porque la emite y es la opinión y el criterio de un legislador.
Agregó: “Se supone que viene (el diputado) a este congreso para ver los derechos de los tamaulipecos, incluidas las mujeres. No acepto que por ser mujer se me ofenda, se me agreda, se me discrimine llamándome débil.
En sus intervenciones, los de Morena volvieron a resaltar las realizaciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador durante su primer año de ejercicio, en tanto que los de Acción Nacional criticaron la política federal de “brazos caídos” ante los problemas de inseguridad, como reiteró Edmundo Marón Mansur.
Por igual llevaron a tribuna el tema de la denominación de terrorismo a las acciones de la delincuencia organizada en México, como es el tratamiento que el gobierno de los Estados Unidos quiere darle.
Respecto al trabajo legislativo, las bancadas presentaron 13 iniciativas: cinco de Morena, cinco del PAN, dos del PRI y una de Movimiento Ciudadano.
En dictámenes aprobaron la designación de Mariana Ramírez Solano como titular de la Unidad Técnica para la implementación del nuevo modelo de procuración de justicia, adscrita la Fiscalía General del Estado, cargo en el que permanecerá hasta que sea emitida la declaratoria de extinción de la Procuraduría Justicia.
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