Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- A la hora de escribir esta columneja, las variantes aun indicaban que Emilio Lozoya se encontraba en ninguna parte…sea que se esfumó, volatilizó y por lo tanto, desapareció del mapa.
Salvo sus captores, nadie lo ha visto. Y uno supone lo peor, tal vez aprovecha este tiempo muerto para editar los mentados videos y audios de alto riesgo para la llamada “clase política” del pasado.
¿Y qué tal que se arrepintió y siempre no los presentará?.
¿Se trata de salvar a Enrique Peña Nieto?…a lo mejor, quizá, es probable, en una de esas. Uno nunca sabe.
Y esto sí que iría a contraflujo del objetivo de combatir la corrupción hasta sus últimas consecuencias, lo cual significa que EPN estaría en un tris de ser exonerado.
Ello en lo que corresponde a la Fiscalía General, sin embargo el viernes por la mañana, López Obrador señaló algo que parece fundamental, respecto de los delitos que podrían resultar a EPN, tras las esperadas declaraciones de Emilio Lozoya Austin.
A pregunta de una reportera, AMLO fue muy claro: “no soy tapadera de nadie y por lo tanto, no detendré investigaciones que involucren al ex presidente”.
Aunque reiteró, que su gobierno no pretende perseguir a políticos de los regímenes anteriores, sino avanzar en la transformación de la república.
Pero recordó que si una consulta pública ordena lo contrario, estará obligado a obedecer.
Lo anterior confirma la disposición del régimen morenista de ir por EPN, aunque guardando las formas que recomienda la diplomacia política.
Y no puede ser de otra forma cuando las evidencias arrinconan a todos aquellos que de una u otra forma saquearon al país, o se aprovecharon para realizar los grandes negocios a la sombra del poder de los que ahora nos enteramos, gracias a las benditas investigaciones de la secretaria de la Función Pública y la Unidad de Inteligencia Financiera.
En este sentido, AMLO tiene que responder a la exigencia social de no interceder en el castigo a los corruptos y bien vale que deje todo en manos de las autoridades correspondientes, a pesar del presunto acuerdo con EPN en sentido de no realizar “cacería de brujas”, ni nada que lo parezca.
Por otra parte y según trasciende en algunos medios serios, no tardará mucho en darse a conocer lo relativo a las cuentas bancarias, tanto del ex presidente como de sus hijos, y desde luego de “la gaviota” Angélica Rivera, las cuales tal vez signifiquen un elemento más para que dicho personaje sea llamado a cuentas.
El viernes anterior entonces, AMLO se refirió en concreto a la delicada situación de EPN, llamándolo por su nombre y aclarando que no meterá las manos por él, y se entiende que por nadie, incluyendo a algunos políticos de MORENA que según especulaciones, también aparecen en los ya célebres videos y audios que presume Lozoya.
En cuanto a la consulta para investigar a EPN, el columnista está cierto que no será necesaria, porque el ex director de PEMEX viene dispuesto a repartir pecados por todos lados. Y son de importancia tal dado la firma o anuencia definitiva para concretar las corruptelas, era la presidencial.
Usted dirá que “le parece muy ojona pa’ ser paloma”, y eso mismo piensan muchos mexicas, sobre todo después del circo armado por el Fiscal Gertz Manero durante el retorno de Lozoya.
¿Por qué el montaje y el engaño a reporteros que desvelados y cansados esperaban obtener la mejor noticia?.
Y luego la pena que en “la mañanera” del mismo viernes, debieron pasar tanto AMLO como Alfonso Durazo, al ignorar la ubicación correcta del extraditado. En ese momento con exactitud, nadie sabíamos dónde se encontraba. ¡El colmo que ni siquiera el Presidente de México!. Eso sí calienta.
La Fiscalía puede ser todo lo independiente y autónoma que ostenta, pero Gertz Manero bien pudo mantener informado a AMLO, (así fuera por cortesía), sobre un caso que mantiene la atención de la paisanada en pleno.
¿Qué pasó en realidad con el misterioso personaje que fue a parar a un hospital privado, presuntamente víctima de padecimientos no detectados por las autoridades españolas?.
Al respecto, Lydia Cacho, esa hermosa mujer convertida en valiente luchadora social, investigó por su cuenta, obteniendo información de autoridades españolas, desmintiendo que Lozoya estuviera dañado en lo físico. Aunque en lo emocional quién sabe.
Y vea que los gachupines son muy cuidadosos en este sentido y con mayor razón en estos tiempos de crisis sanitaria internacional.
Ellos, los gachupas, entregaron al ex funcionario sano. ¿Usted cree que la defensa de Lozoya, encabezada por el famosísimo ex juez español Baltasar Garzón Real, iba a permitir que su cliente enfermara?…y menos cuando debió cobrar de acuerdo a su fama y prestigio.
Y el misterio sigue…y es que todavía no hay fecha de la primera audiencia de quien es acusado de cohecho, lavado de dinero y asociación delictuosa.
Comprobado que en este caso, contrario a lo que prometió AMLO, no hay transparencia, (hasta ahora), y uno puede creer que en el combate a la corrupción no todos los funcionarios jalan parejo.
¿Será que hacia el interior del gobierno hay quienes tienen interés en que fracase la 4T?.
Por lo pronto, quien parecía ser un personaje clave para desenmascarar a corruptos del anterior sexenio, se ha convertido en un fantasma.
Total que jugando a las escondidas Emilio Lozoya y la Fiscalía General, ponen en evidencia al presidente de la república, para regocijo de los adversarios que no desperdician espacios mediáticos para ridiculizar a la 4T.
SUCEDIÓ EN PADILLA
Este domingo 19 de julio se cumplieron 196 años del fusilamiento de Agustín de Iturbide en Padilla. Hecho concretado por el congreso tamaulipeco en obediencia al decreto del 28 de abril de 1824 emitido por la federación, en apego al respectivo acuerdo del congreso federal.
Tal documento precisa, entre otras consideraciones, que Iturbide seria declarado traidor y fuera de la ley, “siempre que se presente bajo cualquier título en algún punto del territorio nacional”.
También fue declarado enemigo público del gobierno.
Al respecto, la historia ha sido pródiga en interpretaciones ya de escaso valor, después de tantos años.
Destacan dos: una que Agustín regresaba de su destierro en Europa, para colocarse al frente de algunos pronunciamientos en ciertos lugares del país, que reclamaban la reinstalación de su imperio.
Otra, que se pondría bajo las órdenes del gobierno mexicano para defender a la nación, ante las amenazas de invasión por parte de la santa alianza que buscaría reintegrar nuestro territorio a los españoles.
Sea como fuere, hace 196 años Padilla fue la tumba de sueños imperiales.
Dícese que la noche en que el sargento Pío Marcha al frente de su regimiento, lo proclamó emperador, jugaba “tresillo” con el general Negrete.
“Y aunque la ciudad se conmocionó a su favor”, Iturbide dice que su reacción primera fue presentarse al congreso y declinar la deferencia “que le otorgaba el pueblo”.
“No lo hice atendiendo el consejo de mi amigo que se encontraba conmigo, quien dijo: “se considerará vuestro no consentimiento como un insulto y el pueblo no conoce límites cuando está irritado. Debéis hacer este nuevo sacrificio al bien público; la patria está en peligro; un rato más de indecisión por vuestra parte, bastará para convertir en gritos de muerte estas aclamaciones”.
Mira tú que creído.
Y hasta la próxima.
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