Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Por falta de interés del actual ayuntamiento capitalino, se cayó el convenio con la Universidad Autónoma de Tamaulipas que convertiría el rastro de Veterinaria en Tipo Inspección Federal.
La Comisión Permanente del Congreso del Estado, en su reunión de este miércoles, dejó sin efecto la iniciativa que data del 20 de enero del 2015, por la cual el Cabildo solicitó autorización para formalizar el compromiso de vinculación con la casa de cultura.
Era presidente municipal Alejandro Etienne Llano, quien pretendía aterrizar recursos por 20 millones de pesos de la SAGARPA para dotar de equipo de última tecnología a sede de matanza.
Al solicitar el acuerdo de sus compañeros, el regidor Dámaso Anaya Alvarado dijo que la Facultad de Veterinaria ejercía el servicio para la ciudad desde el 2002, y la intención era gestionar en conjunto mejoras de tratamiento sanitario en el rastro.
Más antes, en abril del 2005 el alcalde Álvaro Villanueva Perales, al exponer su Plan Municipal de Desarrollo, afirmó que apoyaría la conversión del rastro, por entonces con un avance del 85 por ciento para obtener la calificación exigida por la norma TIF.
Por entonces se mataban 55 reses diarias en promedio, con peso de 200 kilogramos cada una, y 35 cerdos a la semana.
La intención de reconvertir el rastro se cayó este miércoles tras el acuerdo de la Permanente del Congreso, al quedar de manifiesto que solicitaron a la actual administración “si les interesaba continuar con el trámite”, pero no contestaron en tiempo, dijo el legislador Juan Enrique Liceaga Pineda al proponer el dictamen.
Mencionó el oficio SG/LXIII/3/117/2019 que enviaron en fecha reciente, pero “no se tiene registro de que el Ayuntamiento promovente haya atendido el objeto del requerimiento por el que le fue notificado”.
En su reunión los legisladores expusieron tres iniciativas y emitieron opinión en otros diez asuntos.
Gerardo Peña Flores, de Acción Nacional, pidió adiciones al artículo 1667 Código Civil para incluir una cláusula de “usufructo vitalicio”, cuando adultos mayores hereden o transfieran propiedades a sus descendientes.
El propósito es que los mayores de 60 y 65 años no queden desamparados si es que sus familiares pretenden echarlos del lugar donde viven.
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