Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Al permanecer encendido todo el día por motivo de cremar a víctimas del coronavirus, el horno de la funeraria “San José”, propiedad del DIF Tamaulipas, se ha convertido en un serio problema para la salud de vecinos del sector del 2 y 3 Zaragoza y bulevar Praxedis Balboa.
Ubicado en el segundo cuadro de la ciudad, en contra esquina funcionan el edificio de Seguridad Pública y cárcel municipal, un jardín de niños, una preparatoria, comercios diversos y zona habitacional.
A cualquier hora del día el humo negro que emana de la chimenea genera molestias a residentes y transeúntes, sin saber cuánto daño causa a la salud humana.
“Es un olor fuerte que invade nuestras casas y no se tolera”, dice doña Aracely Ruiz Peña, quien tiene su domicilio cruzando la calle Zaragoza, a no más de 25 metros del horno alimentado por gas LP, cuyo tanque estacionario también es un riesgo cuando lo cargan en procesos de incineración.
Su mayor preocupación son los nietos de nueve meses, uno y tres años que viven con ella.
-¿A qué huele?
-Cuando lo van prendiendo como a llanta quemada, a plástico, después a algo que no nos explicamos, algo raro.
Felipe Milton Alvarado también tiene su domicilio en la parte trasera del horno y da su propia versión de los olores y polvos que invaden la atmósfera: “Está entre carne quemada y gas”.
Según sus observaciones, en el velatorio San José son incinerados al menos tres cuerpos por día con duración de varias horas cada uno, de tal forma que las 24 horas los mechones están encendidos.
Considera que hay varios errores de operación, el principal que los empleados no le dan mantenimiento a los filtros por temor a contagiarse, y que el tubo de escape está a ras del techo y no es un chacuaco (chimenea alta).
“Los entiendo pero no justifico que no hagan la limpieza, están afectando a la población vecina”, reitera.
A menos de cien metros vive la familia de Alma Rosa Santos Zúñiga, quien en algún momento de desesperación habló al DIF para hacer el reclamo.
-¿Qué le contestaron?.
-Se hicieron locos, solo dijeron que ya iban a apagar esto.
Aparte de sacar el horno de la zona urbana, ella tiene una solución inmediata: “Que construyan la chimenea más alta y que calienten bien el horno antes de depositar los cuerpos; por eso huele”.
-¿Qué identificación le da a los olores?
-Huele a muerte. A carne quemada.
OFICIAL: DOS CREMACIONES POR DIA
El velatorio tiene más de 35 años de funcionar en el mismo lugar y espacio en el 2 y 3 Zaragoza. Sin embargo con motivo del coronavirus las cremaciones han aumentado. Se realizan todos los días.
Un informe de la institución dice que, al uno de agosto del presente, y desde el inicio de la pandemia, ahí se han realizado 143 cremaciones, dos cada 24 horas con un personal de siete elementos.
Para los vecinos no había significado problema. Con un cadáver de vez en cuando y con suficiente mantenimiento, el humo no era espeso y se dispersaba rápidamente por el ambiente. La sobrecarga vino desde marzo.
Propietaria de una florería, Paulina Limón Córdova teme consecuencias en la salud de sus hijos pequeños que la acompañan en el negocio.
-¿A que huele?
-A azufre, como a metal quemado.
Ella y los demás vecinos se preocupan por el contenido del humo. No saben en qué grado puede ser dañino.
Informes recolectados aquí y allá les dicen que la incineración despide monóxido de carbono y azufre con gases invernadero, además de mercurio que es altamente dañino para la salud.
Ya presentaron denuncias ante el propio DIF, Semarnat, Profepa, Coepris, Secretaría de Salud y Derechos Humanos, pero no les han contestado. Creen que los funcionarios temen a represalias del gobierno del Estado.
Aquiles Chávez Caudillo, asesor jurídico y responsable de la Procuraduría del Medio Ambiente en Ciudad Victoria, afirma que el tema es competencia del gobierno estatal a través de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris).
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