Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- No sabemos hasta dónde llegará la tragedia sanitaria en nuestro país. Quisiéramos que esta pesadilla terminara, ¡pero ya!, para regresar a la vida de antes. Por ahora, más de cien mil, más los que se acumulen, no disfrutarán los tiempos idos, allá cuando el único problema era sobrevivir en la cotidianidad y soportar las circunstancias impuestas por los gobiernos irresponsables que manejaban el transcurrir ciudadano como mejor convenía a sus intereses. Hablamos de la época neoliberal que dejó indefensa a la república en muchos aspectos. Recordéis que una de las primeras acciones del régimen actual fue reactivar y fortalecer el sistema de salud, abandonado como incontables instituciones fundamentales de la administración pública.
Y en esta tarea de reconstrucción estaba AMLO y su equipo, cuando nos llegó la tragedia. Y de ahí en adelante ha sido enfrentar al enemigo invisible e implacable, con los medios que se cuentan, que no son los mejores cuando está comprobado que los regímenes neoliberales ignoraron la obligación de crear los requerimientos de salud pública; y lo hicieron desde limitar el acceso de jóvenes a las escuelas de medicina oficiales, bajo pretextos estúpidos de falta de cupo o saturación del mercado de trabajo, hasta fomentar la educación elitista en esta especialidad, haciéndola inaccesible para el común, como si curarse solo fuera privilegio de quienes cuentan con los recursos para lograrlo. Además de burocratizar y reducir a la ínfima expresión las dependencias estatales del ramo, convirtiéndose algunas en excelentes negocios gracias al compadrazgo, influyentismo o simple complicidad, que arrojó jugosas ganancias particulares. La compra de medicinas fue uno de los rubros más celebrados, según consta en las investigaciones respectivas. (Razón por la que ciertos “proveedores” siguen “juidos”, sea “a salto de mata”, pa’ que mejor se entienda. Es más, creo que en Tamaulipas todavía hay pendientes del pasado que no se atreven a asomarse a la calle porque “los ganchan”).
De manera que este operativo anti-salud neoliberal fue un genocidio de proporciones que ahora lamentamos y que los conservadores, acreditan al gobierno actual, como si el desastre provocado por ellos no existiera. Es la actitud de quienes en lugar de agregarse al combate contra el enemigo común, apuestan por la desgracia nacional. ¡Qué poca madre!, pa’ decirlo en términos amables.
El asunto es que el virus sigue ahí y hay que atacarlo. Y si bien es cierto que el mal avanza, como en casi todo el mundo, nadie puede negar que los esfuerzos por exterminarlo son extremos, sea aplicando toda la capacidad y fuerza del estado, sin detenerse en la sentencia pesimista y derrotista de que “lo peor está por venir”, cuando es necesario acometer con optimismo, acudiendo al avance científico de las naciones más desarrolladas y aprovechando desde luego, los logros mexicas registrados en instituciones como el Conacyt, ahora en manos de investigadores realmente comprometidos con la república.
Por ello no extraña que nuestro país sea uno de los primeros en adquirir la vacuna contra la pandemia ya aprobada por la OMS, en cantidad de 34.4 millones de dosis, aplicables de este mismo mes a quienes más lo requieren; es decir, a quienes están en la primera fila del combate: médicos, enfermeras, etcétera, y enseguida a los grupos vulnerables entre los que se cuenta la tercera edad. En este sentido no faltan las críticas y los ataques de los adversarios de la 4T, porque es la forma en que mantienen su débil flama opositora. Frente a esta tendenciosa e inhumana actitud, está la realidad del avance indudable, por parte de las autoridades, que en gran medida podrían derrotar el mal.
Se les acaban pues, los argumentos a los enemigos de AMLO y se impone el trabajo de un gobierno decidido a transformar a México. No solo en cuanto a construir un sistema sanitario realmente útil para la sociedad, sino en el cambio radical que tiene como objetivos terminar con la corrupción, la desigualdad, discriminación y todo aquello que ha dividido a los nacionales. Lo que se construye actualmente es otro país y otra sociedad, entonces es normal que no lo entiendan los reaccionarios inmorales y ladrones, como tampoco conciben por qué a pesar de todos los obstáculos por ellos impuestos y los ataques constantes, AMLO mantiene una aceptación popular del 70 por ciento promedio. Y no lo comprenden porque su mundo es el de la hipocresía, la doble moral y la arraigada convicción de enriquecerse a la sombra del poder, tal cual sucedió durante los anteriores 36 años. Y ni modo que sea invento.
Se les acaban los argumentos a los conservadores digo, ya no podrán atacar con la misma facilidad a Hugo López-Gatell ni a su activismo (que no dejan de llamarlo “frivolidad y protagonismo”), informando de la situación sanitaria que priva en la república. ¿Cuándo habíamos visto que los funcionarios dieran la cara exponiéndose al desgaste natural que ello provoca cuando a ese nivel antes, ni sus nombres eran conocidos?.
Quedamos en que pese a la interrogante de cómo nos irá en el futuro inmediato, México está a la vanguardia en el combate a la pandemia, sin escatimar recursos ni el sacrificio de un ejército sanitario que no tiene horario de trabajo y sí un gran sentido de solidaridad animado por el gobierno humanista que encabeza Andrés Manuel López Obrador…y las pruebas están a la vista del portador.
¿Y LOS PARTIDOS APÁ?
AMLO recién insistió en la sugerencia a los partidos políticos para que renuncien a la mitad de los dineros que recibirán como parte de sus prerrogativas del próximo año. Como ya se dijo aquí, se trata de 7 mil 159 millones que “les caen como anillo al dedo” porque vienen tiempos electorales.
No será desde luego, un obsequio para el supremo gobierno directamente, sino se emplearía dicho recurso, para adquirir medicinas y equipos para hospitales; digamos que se trata de un acto de solidaridad que mucho agradecería la población.
Hasta ahora no ha habido respuesta favorable, ni siquiera de MORENA, (ni la habrá, como dijo don Teofilito), pero sí han habido comentarios respecto de que el objetivo oficial es debilitar la economía de la oposición…a lo mejor, es probable, quien-quita, podría ser. Uno nunca sabe.
Usted dirá que dicha petición contiene una gran dosis de ingenuidad e inocencia. Y está en lo cierto, porque de los millones que regala el contribuyente a los partidos, viven (sin trabajar y muuuy bien), sus dirigentes y una enorme flota de “gandallas” que en la generosidad institucional descubrieron su mina de oro, por eso verá que se pegan con “cola-loca” a las nóminas respectivas, así que lo más probable es que se hagan como “Tío Lolo”. Por ahí, entonces, no habrá nada, nadita de nada por más que AMLO remarque el tema.
Recordad que los 7 mil y pico de millones, serán repartidos como sigue: MORENA (2 mil 195), PAN (1 mil 213), PRI (un mil 143), PRD (567.4), PT (498.2), PVEM (542.4), MC (523), más los partidos pequeños que recibirán “la piscacha” que les toca “por hacerle al enmascarado”.
A propo, ya se supo que los diputados federales tendrán su “buen fin”, dado que por mediados del presente mes cobrarán 328 mil pesos por cráneo, lo cual será excelente motivo pa’ recibir con optimismo el 2021.
SUCEDE QUE
Hay dos asuntos que se cuentan entre los 14 mil 600 que a “la raza” le importan pura progenitora. Uno, la salida del gabinete presidencial de Alfonso Romo, el otro, la renuncia de Héctor Martín Garza González (a) “el guasón”, a la chamba que desempeñaba como florero en la secretaría de Gobernación….este jueves fue día de la discapacidad internacional. En México existen casi 8 millones de discapacitados a los cuales enviamos nuestra solidaridad y apoyo, pero, ¿habrán contado a los políticos?.
Y hasta la próxima.
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