Por Agencias
Ciudad de México.- El Banco de México (Banxico) logró frenar en el Senado que lo obliguen a integrar dólares en efectivo a las reservas internacionales. Sin embargo, el banco central aún no puede cantar victoria porque falta que la Cámara de Diputados aún procese la iniciativa.
Alejandro Díaz de León, gobernador del Banxico, ahora ha advertido a los diputados que si insisten en los cambios lesivos a su legislación se sentará un mal precedente en su operación como organismo autónomo, trasladándole, además, los riesgos vinculados al lavado de dinero.
En su plataforma de campaña y en su Proyecto de Nación, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que la autonomía del Banxico se respetaría. Sin embargo, al referirse a la iniciativa enviada al Senado, aseguró que la reforma a la Ley del Banco de México tenía que respetarse.
Por ello el banco central se prepara para interponer una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el objetivo de detener los cambios a su legislación que pretende el Poder Legislativo, confirmó una fuente del banco.
Hace dos años, la Junta de Gobierno del Banxico también instruyó a su Dirección Jurídica a impugnar la política de austeridad de la 4T y los ajustes salariales de su personal. Ganó la controversia y las percepciones de sus funcionarios no se ajustaron.
No obstante, la institución monetaria cada año debe iniciar el proceso de controversia ante el Poder Judicial y el próximo año hará lo mismo con la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 20 y 34 y se adicionan los artículos 20 BIS y 20 TER de la Ley del Banco de México en materia de captación de divisas.
En el Senado la iniciativa modificada a propuesta del Banxico se aprobó con 70 votos en favor, 23 en contra y una abstención.
Al interior de la Junta de Gobierno consideran, además, que la reforma original propuesta por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, no responde a una problemática general del sector, sino a los conflictos operativos que algunas instituciones bancarias tienen con sus corresponsales estadunidenses. (Claudia Villegas/Apro).
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