Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En tan poco tiempo se ha escrito tanto sobre la desaparición de poderes para nombrar a un Gobernador Provisional, que ya cualquier vecino es experto sobre el tema.
A los escribidores les gana la emoción. Llegar a ese punto no es algo fácil como lo veremos a continuación.
Los malquerientes de Don Francisco Javier dicen que el procedimiento está a la vuelta de la esquina. Sus amigos afirman que le van a hacer lo que el aire a Juárez y, con la mano en la cintura, van a “doblar” a AMLO y su 4T.
Lo que no se ha dicho es que para despedir al equipo que hoy tiene el control de Tamaulipas, debe solicitarlo el Presidente al Senado o a la Comisión Permanente, al tiempo de mandar una terna para que de ahí escojan los representantes ante el pacto federal.
En honor a la verdad, la burocracia trabaja muy lento y deben cumplir rigurosamente plazos y tiempos. Los que quieren ver sangre tienen que esperar.
López Obrador debe hacer la petición en un documento en que adjunte las causas, que pueden ser muy variadas: Que el ejecutivo estatal ya no cumple con sus funciones porque anda escondiéndose en el extranjero, independientemente de si tiene orden de aprehensión o no.
Por desacato del Congreso local y del propio ejecutivo a nombrar a un provisional, luego del desafuero, que se dé un vacío de poder y el orden y las instituciones se vean quebrantadas por una posible anarquía.
Sin embargo el que esto escribe cree que no llegará ese momento de ver desaparecidos los poderes, por una sencilla razón: Por sobrevivencia política, el equipo azul no permitirá que les manden un gobernante del centro con poderes plenipotenciarios y extraordinarios. Estaría en peligro la libertad de muchos.
Ahora, y hasta que los alcancen los tiempos, tienen autoridad para imponer ejecutivo, revisar con las cuentas públicas en el Congreso y publicarlas. La palabra de moda es “blindarse”.
Esto nos recuerda que, el 9 de abril de 1947 el Presidente Miguel Alemán, al solicitar la destitución de Hugo Pedro González y su camarilla, incluyó en la terna que mandó al Senado, a: El general Raúl Gárate Legleu, senador Eutimio Rodríguez y al licenciado Horacio Terán Zozaya.
En una hipotética solicitud del Presidente López ¿a quién propondría? Usted puede hacer su diagnóstico, querido lector.
Los que andan en esos menesteres dicen que pudieran ser los tres siguientes: Héctor Martín Garza González, Rodolfo González Valderrama y Américo Villarreal Anaya ¿le parecen bien?. Juegan en ligas nacionales y gozan de las confianzas del árbitro.
El pero como siempre: Dícese que no aceptarían el año y pico que le queda a la presente administración. Quieren seis años completos.
La forma de convencerlos: Las órdenes del Presidente no se discuten, solo se acatan y menos se desobedecen.
Dejar que López mande Gobernador sería claudicar y entregar el grupo a los enemigos, a menos que sea una negociación para emprender la retirada sin ir a la última batalla.
Aun así no es fácil. La Ley dice que el Gobernador provisional (Sic) tendría que nombrarse por mayoría calificada de los asistentes a la sesión del Senado, es decir, las dos terceras partes.
Si se “fajan” los que van en amasiato, tricolores, azules y los amarillos, podrían decidir quién es el sucesor aunque siempre dentro de la tercia de AMLO. Aun así el grupo cabecista no tendría oportunidad de maniobra.
Por eso yo, el que escribe, creo que Francisco no llegará a una posible intervención del Senado.
Por cierto, se esperaba que Cabeza reapareciera en los escenarios en que estuvo el fin de semana el jefe nacional panista, Marko Cortés. A eso vino, a “cuerpear” a los panistas.
Las especulaciones siguen. Dícese que no está en Tamaulipas, que salió desde el 29 de abril hacia el extranjero. Era la oportunidad de acabar de tajo con cualquier duda, arropado por sus compañeros de partido.
De encontrarse cerca (rara vez acostumbraba venir a Palacio y Casa de Gobierno en Ciudad Victoria), le queda la opción de convocar a rueda de prensa para hablar de algunos temas permitidos en tiempos electorales, como salud, protección civil y educación, como lo hizo en algunas ocasiones después del 4 de abril en que entró en vigor la veda de propaganda.
Por lo menos asistir a una “cascarita” de futbol, felicitar a una quinceañera o ir a bolearse a la plaza Juárez de la capital.
El evento panista era la ocasión para que lo “cuerpearan” los líderes nacionales y sus candidatos en cada región de Tamaulipas, demostrar “músculo” pues. El sentir popular es que está muy lejos de esta tierra.
Expuesto lo anterior y pensando en voz alta, se nos hace que López Obrador, hombre no propenso a las venganzas, la pensaría dos veces para pedir la desaparición de poderes, a diferencia de Ricardo Monreal que, si pudiera, ya tendría el tema sobre la mesa del Senado.
Para que sus enemigos y malquerientes no se hagan muchas ilusiones, seguimos pensando que este sexenio será finalizado por alguien del partido azul y, dada las circunstancias de desprestigio en que ha caído, la siguiente administración será ganada por Morena.
A menos que suceda un milagro, hay que decir que se derrumbó el gran proyecto de conservar el poder varios sexenios, comenzando por heredar al “nanito” senador ¿está usted de acuerdo conmigo?.
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