Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En voz de uno de sus personajes dice Juan Rulfo: “Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta” (Es que somos muy pobres. Cuento contenido en El Llano en Llamas).
Así, pobres, estamos en Tamaulipas cuando Américo Villarreal Anaya lo ha dicho con todas sus palabras, de manera clara y contundente. Hay crisis, sin dinero siquiera para cubrir los gastos elementales y el futuro inmediato no parece ser muy halagador por lo que, la transformación tendrá que esperar, ¿cuánto?, no lo sabemos.
Se dice que es resultado del manejo presupuestario del anterior régimen y señalan presuntos responsables, sin embargo, lo que ahora importa es que la administración avance. No podemos atorarnos en discursos que tal vez sirvan para abonar al enojo, pero no para solventar ciertas urgencias que por lo mismo no pueden esperar, como el pago a la burocracia que ya sabemos, en su mayoría fue severamente maltratada por jefes que impusieron condiciones en tierra conquistada ante el silencio de quienes tenían la obligación de proteger el interés laboral.
Fueron días difíciles donde miles de servidores públicos sufrieron el infortunio de su modestia y sencillez. Sobre ellos cayó la desgracia soportada con estoicismo y resignación. Ahora es de creer que los tiempos cambiaron para bien y tal esperanza les mantiene optimistas al estar convencidos de las buenas intenciones del actual gobernador para sacar del bache al estado y encausarlo hacia objetivos de justicia y bienestar.
Hay crisis digo que, de tan grave, hasta AVA se sorprende. Y no es para menos si nos atenemos a situaciones ventiladas por diversos funcionarios después de ponerse al tanto de las dependencias que les ha tocado dirigir. Pero, ¿qué hacer?. Lo mínimo exigir claridad en la aplicación de los recursos públicos, lo otro pertenece al ámbito legal donde los caminos además de difíciles y bajo neblina, se vuelven más complicados que la vida de un indigente.
El gobernador habla con la sinceridad de alguien a quien costó demasiado esfuerzo obtener el cargo. Y seguramente vencerá las dificultades no solo materiales, sino aquellas producto de la complejidad organizativa de la administración donde no faltan las diferencias internas ni los criterios de algunos(as) de sus colaboradores(as) que equivocan o ignoran el significado de mandar obedeciendo, es decir, conforme al interés de la comunidad y no el propio.
La transición del poder ha sido tortuosa y conforme a lo sabido, nos recuerda el juego de rápidos movimientos de manos que dificultan localizar “la bolita” que, al final desaparece entre la magia del engaño que por su perfección hasta es aplaudida por los presentes, menos por el perdedor, claro.
El asunto es que Tamaulipas con sus aduanas, puertos, litorales, ganadería, agricultura, ciudades de importancia nacional, patrimonio histórico y recursos humanos y naturales sin fin, tiene vacía la caja registradora motivando presunciones de todo tipo, sin que hasta ahora sepamos a ciencia cierta sobre el destino inmediato de la entidad. En este sentido AMLO está en la oportunidad de cumplir su palabra de apoyar. Dicese de su afirmación de enviar a todo el gabinete en tal propósito, aunque por lo pronto nos quedamos con las denuncias, quejas y lamentos de quienes tienen en sus manos el destino del estado.
OPERATIVO GEÑO
Por diversos medios toma vuelo otra campaña a favor de la libertad de Eugenio Hernández Flores cuya historia de los últimos cinco años está ligada a acusaciones presuntamente originadas por diferencias políticas. Aseguran que el popular exgobernador realiza encomiable obra humanitaria en el lugar de su reclusión. Se trata algo así como una empresa a través de la cual se comercian productos artesanales cuyas ganancias desde luego, favorecen a sus compañeros de cautiverio.
Sus creencias, dicen, lo acercan más a la religiosidad, lo que no cambia es su estatus, respecto de que es requerido por el gobierno gringo para que responda de ciertas imputaciones. Así que su probable libertad resulta difícil si recordamos que su situación depende de la secretaría de Relaciones Exteriores.
En colaboración anterior ya decíamos que AMLO podría ser factor en ambos sentidos. Si todavía no olvida el fraude presidencial en su contra en el 2006, Geño podría ser extraditado, en caso contrario volvería a su hogar. Así de simple.
SUCEDE QUE
Los barruntos en la UAT son propios de la irreversible transformación…más vale que lo entiendan.
Y hasta la próxima.
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