En Güémez, Tamaulipas.- Fieles a sus ancestros, el uno de enero en esta comunidad a nadie “se le duerme el gallo”.
Como hace 274 años, cuando se dio el “alumbramiento” de la Villa, se levantan muy temprano para recordar a aquel puñado de familias que, en el sueño de “casi el paraíso” que les ofreció el colonizador José de Escandón y Helguera, se establecieron aquí para rehacer sus vidas y generar un patrimonio familiar.
Comunidad agropecuaria de origen, sus habitantes duermen y se levantan temprano así sea el 31 de diciembre y la llegada de Año Nuevo.
Hoy aquí, como aquel uno de enero de 1749, sus agricultores, ganaderos, pescadores y artesanos madrugaron para participar en las fiestas de la fundación.
Los hay del ejido San José de las Flores que participaron en una cabalgata muy suya, organizada por ellos mismos para ir a la cabecera municipal a los eventos a los que convocó el ayuntamiento. Sus ancestros llegaron a la región a lomo de caballo y es una tradición que quieren seguir conservando.
Y aquellas familias que, fieles a la advocación de San Francisco con que “nació” en Güémez, asistieron a misa y escucharon el mensaje del párroco que se refirió a los pioneros de la hoy conocida como Tierra de Filósofos.
Menos podía quedarse dormido el alcalde Lorenzo Morales Amaro, originario y residente, como sus ancestros, de las márgenes del río San Felipe, donde es ejidatario y cultiva cítricos.
Los hijos de esta tierra llevan en su memoria que, la antigua Villa, segunda en los planes colonizadores de Don José de Escandón, fue fundada en honor del Virrey de la Nueva España, Juan Francisco de Güémez y Horcasitas, Conde de Revillagigedo.
Conocen la historia y también el mito y leyenda de aquellos “genios” de la filosofía popular como Darío Guerrero, José Calderón Castillo y José Calderón Sánchez, cuyos pasajes de obviedad y lógica le dieron la vuelta al mundo a principios de los ochentas del siglo pasado.
Como güemenses y buenos anfitriones, alcalde, regidores y síndico ofrecieron una comida a la comunidad, servida ahí sobre la plaza principal.
No podía faltar, a partir de las tres de la tarde, el tradicional jaripeo en que chicos y grandes disfrutaron de la monta de toros y borregos, de payasos y animadores que también madrugaron para preparar la función que incluyó premios ofrecidos por el municipio. Lleno a reventar hasta no caber un alma más.
Y debutó la “callejoneada” a partir de las 19:00 horas con música de banda de un grupo venido del altiplano mexicano, que abrió con las mañanitas en honor de la fundación de la Villa. Cientos de residentes y vecinos de otros municipios se dieron cita con entusiasmo.
Por la noche el baile con música regional y también el recuerdo de aquellas primeras 40 familias procedentes de diversas regiones, principalmente de Linares, Nuevo León, que querían ser libres y propietarios de la tierra que trabajaran, como lo son hoy.
Así transcurrió el uno de enero de 2023 en Güémez, en el 274 aniversario de su fundación.
Discussion about this post