Clemente Castro González
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Las instancias que deberían aplicar la la ley y darle a cada quien lo que se merece, no están en su mejor momento porque prevalece el tráfico de influencias y la corrupción.
A pesar de la tendencia hacia el cambio que se vive, continúan los vicios en el sistema de procuración y administración a favor de influyentes y adinerados.
Y es que es público y notorio que se regresó al esquema de “apapachar” a delincuentes. Porque si hay elementos para llevar a la cárcel a un personero del viejo sistema, se aceita a los impartidores de la justicia para que otorguen amparos o determinen que no se cuidó el debido proceso y, por tanto, procede la exoneración.
Vivimos un grave retroceso en la procuración y administración de justicia, más en éste segundo ámbito en mención, al grado de que, en plena cruzada en contra de la corrupción y demás adefesios, la impunidad que se combate, “goza de cabal salud”.
Es evidente que la ley no aplica de manera pronta, expedita, y sin distinción. Ello debido a que hay jueces, magistrados y ministros malandros. Y están en la moda con la llegada a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la ministra NORMA PIÑA HERNÁNDEZ.
Hay varios asuntos que así lo evidencian, entre éstos el de ROSARIO ROBLES, El “Chapito”, lo de GARCÍA CABEZA DE VACA y varios más.
El caso del ex gobernador es por demás ilustrativo de los conectes que privan y se imponen en los espacios en donde se flexibiliza la ley y la justicia.
Si bien CABEZA DE VACA no está exonerado de los presuntos delitos cometidos, entre ellos el de delincuencia organizada, le acaban de dar cancha para que vuelva a las andadas, esgrimiendo la bandera de que es un perseguido político y, peor aún, que agite a sus seguidores (de la reacción, claro), con el cuento de que está listo para ir por la Presidencia de la República.
Y lo peor es que no faltan los descalabrados que se la crean y él mismo se siente con méritos suficientes aunque su carrera política esté pavimentada por atropellos hacia los derechos elementales de las personas y las transas, a ojos vistos.
Al ex gobernador lo quieren colocar en la línea de los luchadores por la legalidad cuando en Tamaulipas bien que se sabe de la voracidad y raterías cometidas por él, su parentela y socios. Ello aunado a su actitud represiva, cuando ostenta poder.
Para no ir muy lejos, ahí esta el atropello cometido en perjuicio del ex mandatario, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, al que llevó a la cárcel, a manera de venganza, debido a que durante el mandato de Geño, desde el Congreso tamaulipeco, de mayoría priista, le congeló las cuentas a CABEZA de cuando fue Alcalde de Reynosa.
El punto es que EUGENIO y su operador, RICARDO GAMUNDI ROSAS, no llegaron al extremo de meter a la cárcel al panista pero éste si lo hizo con HERNÁNDEZ FLORES tan luego como se hizo de la gubernatura.
Ahí si no hubo debido proceso y al victorense lo llevaron en caliente tras las rejas, mediante inventos de haber cometido ilícitos.
Tan pronto como la defensa legal de HERNÁNDEZ FLORES tumbó alguna de las denuncias con que justificaron su detención, le inventaban otra más para que no pudiera salir de la cárcel.
A la fecha, el capitalino continúa en la cárcel y su verdugo, CABEZA DE VACA, pese a traer una larga cola y no pocas denuncias de carácter legal, pasea su impunidad, por ahora, en el extranjero.
El colmo lo acabamos de ver cuando un juez transa, el de cabecera del antes llamado FRANCISCO N., FAUSTINO GUTIÉRREZ PÉREZ, que despacha en Reynosa, le quitó la orden de aprehensión emitida por un juez federal.
Igual debe señalarse que, a este manoseo terrible de la ley que huele a corrupción, ha contribuido la Fiscalía General de la República (PGR), al frente de la que está ALEJANDRO GERTZ MANERO.
Lo anterior debido a la lentitud en su actuar y, vaya usted a saber si las carpetas mediante las que disque acreditaron la posible culpabilidad de CABEZA fueron mal integradas para que la pudiera librar.
De modo que no solo el poder judicial federal le ha quedo mal a los tamaulipecos sino también el Fiscal GERTZ MANERO.
Grave que los criminales no sean castigados y peor aún es que a la procuración y administración de justicia no haya llegado la transformación que se requiere en México.
AL CIERRE
Corrió el agua, este jueves, en la oficina de la Secretaria de Educación, LUCÍA AIMÉ CASTILLO PASTOR.
Dicen que el percance se debió a la ruptura de un tubo y de ahí sobrevino la inundación que alcanzó parte de la planta baja.
Por fortuna “las olas” no afectaron equipos digitales ni papelería.
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