Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Una manta con la imagen de López Obrador en abrazo con Claudia Sheinbaum, colgada en portón de su casa, lo dice todo. Es un progresista.
-Es mi “gallo”. No me lo molestes -dijo de entrada.
Vive solo. Los hijos hicieron proyecto y partieron en busca de su destino, aunque siguen pendientes de él. Su compañera en matrimonio falleció por el año dos mil.
Hermelindo “Mely” Ornelas Echartea, héroe de mil batallas en la fotografía periodística policiaca, está retirado del oficio. En los últimos años se dedicó a retratista de estudio.
Cumplió los 85 de edad.
Bueno, tenía dos actas de nacimiento con diferencia de casi un año. La primera dice que vino al mundo en El Saucillo, municipio de San Carlos, el uno de enero de 1938; la segunda que en Victoria el 24 de diciembre del mismo año.
-Me descubrieron en Hacienda cuando abrí el negocio (Foto Ornelas) -comenta con leve sonrisa como de complicidad.
Se quedó con la de Victoria, aunque la real es la de San Carlos.
Desde hace 38 años tiene problemas físicos. Fue arrollado en su motocicleta por un vehículo que virtualmente le destrozó una pierna. Perdió parte del talón.
Venció al cáncer de garganta; se perdió en la Sierra Madre buscando una presunta avioneta desplomada; captó las fotos de las muertas de la “Noria de Teocaltiche” (norte de la ciudad).
Y recuerda entre sonrisas cuando el director de El Gráfico, Lupe Díaz, y su jefe de Redacción, Félix Acuña, contrataron una “bruja” para tratar de localizar el cuerpo de un médico del Hospital Civil, desaparecido junto con la ecónoma del mismo, con quien sostenía una relación amorosa.
Al final el cadáver fue hallado en una alcantarilla de la curva La Papaya, por la carretera a Mante.
Era la prensa de los años setentas -siglo anterior-, que investigaba, invertía en recursos para generar elementos de noticia. Vendían miles de ejemplares.
Los negativos e imágenes que imprimió se quedaron en el archivo del vespertino. Ahí deben estar.
-¿Como entraste a la fotografía?
-Trabajé en Foto Estudio Conde, con Flamarique. Un día Pancho Juárez (fotógrafo) me dijo que había lugar en El Gráfico, que hablara con José Luis Contreras, y fui y en ese rato me quedé.
SE PERDIÓ DOS DÍAS EN LA SIERRA
Era el año del 71. Comenzó como fotógrafo general, desde las seis de la mañana para retratar a presos de barandilla y la entonces Policía Judicial. Luego cubría locales, deportes y sociales por la tarde-noche. Agarraba “de todo”.
Lo que menos le gustaba era la policiaca, por los riesgos y amenazas que recibía. No querían “salir” en el periódico.
-¿Nunca te golpearon?
-No, no. En la municipal puro borrachín. En la Peni retrataba pela’os y también amenazaban, pero tenían años para salir.
-¿No te gustaba esa fuente?
-Puros problemas. Ahí puros enemigos se hecha uno.
-¿Fotos más oportunas que tomaste en la poli?
Medita por segundos y contesta:
-Bueno, exclusivas, únicas, cuando aventaron a unas muchachas a la noria de Teocaltiche. Fui con Don Lupe -director del periódico- cuando las estaban sacando. Y me decía tómale y tómale…
-Nunca se aclaró eso ¿verdad?
-Sí. Agarraron luego a dos. Uno “La Conga” y otro… no me acuerdo. Era muy conocido.
De los primeros eventos que tomó fue el incendio de varias casas en la Mainero, “de aquel lado del río”. Sacaron edición extra que se vendió “como pan caliente”.
Tiene presente cuando se perdió en la sierra, antigua carretera a Tula.
Un día José Luis Contreras llevó la noticia de una avioneta que presuntamente se había desplomado por el rumbo del Cañón del Novillo, y así se publicó.
Dieron aviso a la Policía Judicial, misma que mandó a su gente a confirmar. No hallaron nada.
Por una semana el vespertino mandó a sus fotógrafos y le dio seguimiento. Publicaron hasta un “objeto no identificado” entre los matorrales que parecía la aeronave. No alcanzaban a llegar.
La “volada” culminó cuando “Mely” se perdió en la sierra. Llegó al día siguiente con la ropa rasgada y los zapatos rotos. Apareció por el rumbo del ejido La Reforma, a muchos kilómetros de distancia
-Dormí en un árbol. En la noche los animales rugían cerquita de mí.
CON LA VIDENTE POR LA CARRETERA A LLERA
Datos específicos ya se le van de la mente, pero Ornelas recuerda el caso de aquel médico del Civil, “desaparecido” junto con su camioneta y una pareja sentimental que laboraba donde mismo.
El vehículo fue localizado en las cercanías del ejido Juan Capitán, al sur de la capital.
Los periodistas investigaban por su cuenta. Se hicieron acompañar por una vidente que hablaba de homicidios y los cuerpos estaban por el rumbo de la curva La Herradura.
-Fui varias veces con Acuña (Félix, el jefe de redacción) pero nunca hallamos nada. Hasta Don Lupe fue, pero nada –continúa entre sonrisas.
-¿Iba la bruja con ustedes?
-Sí, sí. Para que dijera dónde mero estaban.
Nunca los hallaron pero vendieron miles de ejemplares.
Días después, por aviso de conductores, encontraron los restos del médico bajo la alcantarilla de la curva La Papaya, cerca de Llera. De los responsables nunca se supo nada.
-¿Fuiste a Monterrey cuando detuvieron a Rhi Sausi y otros guerrilleros?.
-No. Ahí estuvo “Pancho” Rangel. Por ahí deben estar las fotos.
Los fines de semana tomaba fotos de la lucha libre en la Plaza de Toros (ya destruida), o artistas que venían. También las reuniones de la Canaco, o el Club de Caballeros de Colón y Damas Isabelinas.
Para moverse utilizaba una motocicleta. Se la robaron. Compró otra igual, y se la volvieron a robar ¿quién? El mismo individuo.
-¿Las recuperaste?
-Una sí. Nada más partes. El que se la robó la tenía enterrada.
-Me decías que fuiste a buscar la otra a Abasolo ¿la hallaste?.
-Nunca, ni señas. Yo decía que el mismo se llevó las dos. Lo tuvieron en el bote. Habló conmigo la mamá y me dijo: “Hombre, se la vamos a pagar, y me dieron siete mil pesos, de entonces… Más o menos eso costaban. Por eso la compré igual.
En su familia son cuatro hijos, tres mujeres y un varón. Ellas se fueron a vivir a los Estados Unidos. Mely Jr. atiende la fotografía en 19 Berriozábal, después de una larga carrera como policiaco en El Gráfico.
Precisamente en la ciudad de San Antonio lo operaron de cáncer en la garganta hace algunos ayeres.
-¿Cáncer de fumador?
-No sé. Dejé el cigarro cuando tenía 22 años.
Los “gringos” no le dijeron las razones por las que pudo haberle llegado el mal, pero lo superó. Está vivito y coleando.
Lo que no puede superar es el problema de la pierna. Lo atropelló en su camioneta el dueño de una refaccionaria por la Carrera Torres. Huyó del lugar pero al final se hizo responsable de los gastos.
Estuvo tres meses internado en el hospital del IMSS.
Y entre recuerdos de compañeros de trabajo de esa época, como Pedro Cárdenas, Faustino Ramos, “El Rayo” Briagas, “La Borrega” (que se fue a Reynosa), El Huasteco Dávila (Gobierno del Estado) y otros, llega su hijo “Mely”. Es hora de la comida.
No guarda cámaras como recuerdo. Es pensionado.
Desde hace más de 50 años vive en el mismo lugar, calle de Bravo, colonia Miguel Alemán, pero nunca la autoridad le ha dado una “manita de gato”. Sigue sin pavimentación.
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