Por Agencias
Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador retomó su actividad pública y de manera imprevista porque su agenda anunciaba que no tendría actos este viernes apareció en el Salón Tesorería del Palacio Nacional a las 7:10 de la mañana.
De entrada el agradecimiento al respaldo popular, el reconocimiento de las expresiones de preocupación patentizada en oraciones que se generó a raíz “del sensacionalismo y el amarillismo” con que se abordó su enfermedad en estos días.
Y de inmediato a retomar la agenda para aclarar la polémica en torno al avión presidencial porque se han dicho muchas cosas, señaló: “quise que se aclarara bien sobre la venta del avión presidencial. Nuestros adversarios nos están culpando a nosotros, como si yo hubiese comprado el avión, usado el avión, como si yo fuese el responsable de ese despropósito de comprar un avión de lujo carísimo”.
Con la presencia del director general de Banobras, Jorge Mendoza, el mandatario retomó sus recriminaciones a los excesos del pasado e hizo un largo repaso de los temas que dominan la agitada agenda política en estos días en que estuvo ausente, desde el Instituto Nacional de Acceso a la Información (Inai), el Instituto de Salud para el Bienestar, la protesta opositora en el Senado. Uno a uno de los temas en los que fustigó la actitud de sus adversarios y condenó su inclinación por regresar a los excesos del pasado.
Recordó que esto de la Guardia Nacional no se va a quedar así: “ una vez que pase la elección vuelvo a mandar la iniciativa para qua la Guardia Nacional vuelva a la Secretaría de la Defensa Nacional porque de lo contrario, se va a echar a perder». Mencionó la petición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que se resguardara la sede con la Guardia Nacional. ¿Por qué piden la Guardia Nacional? Primero porque ya existen, segundo, porque saben que son elementos preparados y profesionales, tercero porque son suficientes y cuarto, porque fueron formados en las escuelas de la Sedena”.
Sin embargo, negaron la posibilidad de que fueran arte de la Sedena, de que fuesen arropadas por dos instituciones fundamentales del estado mexicano, la Sedena y la Secretaría de Marina, no fue una decisión jurídica, ni que se iba a militarizar el país. Fue una decisión política, más que nada politiquera,
No dejó ningún tema polémico sin abordar. Descalificando las críticas a las reformas a la legislación en torno a la ciencia, pues, según dijo, defienden los privilegios y excesos del pasado, donde se simulaban colaboración con empresas privadas transnacionales, sólo para transferir recursos, incrementar salarios; construyeron elefantes blancos con edificios que no se utilizan. También arremetió contra otros organismos como la Comisión Federal de Competencia Económica, que sólo se dedicó a aprobar resoluciones en contra de las empresas públicas como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
También abordó la reforma para desaparecer al Insabi, que justificó en que ya se cuenta con el IMSS Bienestar y el gobierno no está para mantener dos instancias. “Lo del Insabi y es qué barbaridad, como van a desaparecer el Insabi ya desaparecieron el Seguro Popular como si hubiese sido la panacea, si hubiese resuelto el problema salud, cuando servía básicamente para permitir que se robaran el dinero dedicado a la salud, políticos corruptos, sobre todo en compra de medicamentos”.
Aprovechó esta referencia para criticar la enorme corrupción que había en el sector salud del pasado, incluido el Seguro Popular, acusando incluso a la esposa del entonces secretario de Salud, Julio Frenk, de beneficiarse de esa institución pues vendía medicamentos, un diurético para presuntamente bajar de peso que después Cofepris tuvo que desaparecer porque era dañino para la salud.
Reivindicó su estrategia para rescatar el sistema de salud, fortaleciendo al ISSSTE y al IMSS para mejorar la atención y, mediante el IMSS Bienestar atender a las personas que no tienen seguridad social
Más adelante, se refirió a las reacciones que generó su enfermedad y el sensacionalismo mediático para “culpar a Jesús Ramírez Cuevas, su vocero y a Adán Augusto López, (secretario de Gobernación), que por qué no dijo que me había desmayado transitoriamente, como ocurrió, ya entonces mintió, ¿qué ocultaban? No es que tengan mucha imaginación. Es que están muy tóxicos, lamento que se lleguen a esos extremos. No se le puede desear la muerte a nadie.
Mencionó que los doctores le recomendaron el reposo para la recuperación, porque ya anoche le hicieron la prueba y salió ya negativo. Dijo que el Covid es menos contagioso, porque convivió con varios funcionarios y no hubo contagios. A pesar de la recomendación anticipó que le restan un año cinco meses pero con un ritmo intenso de trabajo.
Tras señalar que este fin de semana no saldrá de gira pero el próximo regresará al sureste para valorar los avances del Tren Maya. Detalló los plazos de conclusión de cada uno de los tramos a partir de julio hasta concluir con la inauguración de la obra y del aeropuerto de Tulum. (Alonso Urrutia y Laura Poy/La Jornada).
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