Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- La derecha no tiene aspirante digno para participar en la elección presidencial del próximo año. Hay noticia de una lista elaborada con sarcasmo en “las mañaneras” de casi medio centenar, pero más bien se trata de ridiculizar a adversarios(as) que han hecho de la 4T su negocio particular. Sea, en la medida en que golpean a AMLO tienen espacios y gratuita publicidad. Ahí caben periodistas, empresarios, políticos, etc., de dudoso pasado y tormentoso presente que apuestan a que le vaya mal a México.
La relación es larga, pero de corto interés pues quizá no llega a la decena entre la que figuran: Santiago Creel, Lilly Téllez, Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortez, Silvano Aureoles y Beatriz Paredes. Y uno que otro sumado en los últimos días, carente de seriedad, cuyo objetivo es diferente al de obtener la respectiva candidatura.
El asunto es que ni el PRI, PAN o PRD cuentan con alguien capaz siquiera de hacer sombra al abanderado(a) del partido creado por AMLO. Usted dirá que las diferencias observadas entre quienes aspiran a proseguir la transformación podrían disminuir la votación a favor de Morena sin lograr cantidad mayor a los 30 millones del 2018 que urge para “barrer” en el congreso de la Unión y hacer realidad las reformas inconclusas, gracias a la parcialidad con que actúa el poder judicial más preocupado en proteger a la minoría rapaz que en defender la causa mayoritaria.
Cierto es que existen diferencias entre las llamadas “corcholatas” pero son de forma y no de fondo: Ricardo Monreal dice que no participará si la encuesta para definir la candidatura es realizada por la dirigencia partidista; Adán Augusto López y Marcelo Ebrard exigen “piso parejo” ante la virtual “cargada” de buena parte de los estados a favor de Claudia Sheinbaum, en tanto que ésta pide calma y unidad para afrontar con éxito las elecciones de Coahuila y el Edomex antes que confrontaciones innecesarias. “Hay que esperar los tiempos”, dice confiada la mujerona, como que sabe lo que son sus alas.
En este punto es bueno preguntarnos, ¿y qué pretende el senador Manuel Velazco Coello con eso de que será candidato presidencial por el Verde Ecologista, partido aliado tradicional de Morena?. No será dividir, pero sí negociar la repartición del poder el próximo sexenio. Es lo que bien aprendió de su protector Jorge Emilio González Martínez, “el niño verde”.
De manera que los conservadores carecen de aspirantes con capacidad suficiente para contender en el 2024. Y es que para empezar no hay autoridad moral para solicitar el voto que ya sabemos, será en perjuicio de la república. Sería como regresar a las prácticas de corrupción, saqueo y traición a la patria, echando por la borda el avance democrático y de justicia social alcanzados hasta ahora. Ni que los mexicas fuéramos masoquistas.
Ahora que si se trata de autoridad moral habrá que ver la clase de fichitas que ofrece la oposición cual más, cual menos con alta participación en la destrucción del país. Desde el panista Santiago Creel, secretario de Gobernación con Fox y consumador de los caprichos malolientes de Calderón en el senado donde fue presidente, hasta la priista Beatriz Paredes cómplice en la privatización del ejido ordenada por Carlos Salinas. Agreguemos a Lilly Téllez traidora por convicción quien primero coqueteó con el PRI, después con Morena aprovechándose de la generosidad de AMLO para convertirse en senadora y ahora rabiosa panista contraria a la 4T; Alejandro Moreno Cárdenas al que no importa dividir al PRI con tal de colmar sus ambiciones personales; al panista Marko Cortes que anda por las mismas y al ex gobernador michoacano Silvano Aureoles sobre quien pesan acusaciones por presunta malversación de casi 20 mil millones de pesos. Esos (as), son la propuesta de la ultraderecha. ¿Cómo ve?.
BRUNO, EL ÚLTIMO MOHICANO
Falleció en Puebla José Bruno del Río Cruz, tal vez el último de la generación del priismo tradicional tamaulipeco. Todo un personaje el tampiqueño que mediante la cultura del esfuerzo destacó en diversas áreas de la política y administración pública y sobre quien existen multitud de anécdotas relacionadas con la actividad que lo apasionó.
Cuentan que muy joven se apersonó con Norberto Treviño Zapata solicitándole una oportunidad de trabajo quien después de escucharlo preguntó sobre sus estudios, a lo que Bruno respondió que los tenía pendientes, entonces el gobernante recomendó que los terminara y luego hablaban. Y hablaron, fue el inicio de Bruno en la vocación que practicó toda su existencia en el ambiente que mejor disfrutaba. Es decir, el poder.
El 4 de noviembre de 2013 renunció a la presidencia de la Comisión estatal de los derechos humanos tras cumplir dos periodos de cuatro años para los que había sido electo por el congreso local. Después, hasta 2018 desempeñaría otro cargo en la CNDH al lado de su amigo el ombudsman Luis Raúl González Pérez. Sus amigos no supimos más de él, salvo su decisión de radicar en Puebla.
Un político ejemplar que la nueva generación tricolor debiera rendir homenaje permanente por ser de los que dignificaron al PRI aportando credibilidad, confianza y honorabilidad por muchos años. Nada más por eso.
SUCEDE QUE
En el PRI también hubo gente buena… y no es broma.
Y hasta la próxima.
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