Por Agencias
París. Jonas Vingegaard ganó este domingo su segundo Tour de Francia. Y lo hizo con autoridad. Cuando parecía que esta época estaba destinada primero al dominio del colombiano Egan Bernal y después del esloveno Tadej Pogacar, el danés, ganador de la Grande Boucle en 2022 y 2023, parece haber tomado el mando.
La diferencia de siete minutos y 29 segundos que sacó este domingo Vingegaard a Pogacar al término de la vigésimoprimera y última etapa, muestra que el escandinavo de 26 años ha tomado el relevo al esloveno de 24, que había ganado el Tour en 2020 y 2021.
En una última jornada de trámite, como es la tradición, con llegada en los Campos Elíseos parisinos, se impuso el belga Jordi Meeus (Bora), entrando en meta delante de su compatriota Jasper Philipsen (Alpecin), que soñaba con una quinta victoria de etapa, tras haber ganado cuatro en los once primeros días.
Pero el protagonista de la jornada era Vingegaard, segundo en 2021 y primero en 2022 y 2023, que parece estar en pleno reinado, sin querer abdicar.
«Voy a intentar probablemente ganar de nuevo el año que viene. Estoy muy contento de ganar el Tour por segunda vez. Es la carrera más importante del mundo, tiene un perfume particular», dijo el danés el sábado tras asegurar su victoria.
Vingegaard y Pogacar habían llegado igualados hasta la etapa 16. El danés solo sacaba diez segundos al esloveno antes de una contrarreloj alpina de 22,4 kilómetros. Pero el danés ganó la crono y aumentó a 1:48 su ventaja sobre el esloveno.
El ciclista escandinavo voló en la contrarreloj y dio un puñetazo a la moral del esloveno, que se había mostrado mejor en general en la montaña, ganando un etapa en los Pirineos y estando mejor en el temido Puy de Dome.
Golpe de gracia de Vingegaard
Un día después, en la decimoséptima etapa, la última de las cuatro jornadas alpinas, Vingegaard dio el golpe de gracia. No ganó la etapa, pero se colocó con una diferencia a su favor de siete minutos y 35 segundos respecto a Pogacar. El esloveno, que terminó en el puesto 22, se hundió en la subida al temido Col de la Loze.
«Estoy muerto», se le escuchó decir por la radio de su equipo. Tres días más tarde, en la 20 y penúltima jornada, se tomó una reconstituyente revancha, ganando la etapa, la última de montaña, en los Vosgos, con seis puertos, los dos últimos de primera categoría.
Fue una consolación vencer en esa etapa a Vingegaard, que entró en tercera posición, casi pegado a la rueda del esloveno.
El danés, con su demostración en las dos jornadas alpinas en que se aseguró el triunfo, tuvo que enfrentarse a sospechas de dopaje y a preguntas al respecto en las ruedas de prensa.
«Comprendo que es difícil confiar en el ciclismo por lo que ocurrió en el pasado. Pero les digo con la mano en el corazón: no tomo nada y no tomaría nada que no pudiera dar a mi hija» de tres años, aseguró Vingegaard, tras haber sentenciado el Tour el miércoles en la decimoséptima etapa.
Elogios de Merckx
La coronación del danés contó con la aprobación del mítico Eddy Merckx.
«Pogacar es todavía un corredor más completo, pero en este momento, en la alta montaña al menos, Vingegaard es el más fuerte de los dos», afirmó el legendario ex ciclista belga, ganador de cinco Tour en la década de los setenta y considerado el mejor corredor de todos los tiempos.
Vingegaard y Pogacar están llamados dominar el ciclismo probablemente uno o dos años, pero en este Tour de Francia surgió la figura de un joven ciclista español, Carlos Rodríguez, de apenas 22 años, que en su debut en la Grande Boucle ganó una etapa y llegó a estar tercero en la general, para acabar siendo quinto.
El próximo Tour de Francia parece destinado a un nuevo duelo entre Vingegaard y Pogacar, con permiso de Egan Bernal, en plena recuperación de su accidente de enero de 2022 y de la estrella ascendente Carlos Rodríguez.
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