Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- El programa llamado “Seguridad Alimentaria Mexicana”, (SEGALMEX por sus siglas en español) ha sido uno de los grandes fracasos de la 4T. Hay que reconocerlo ya que, debido a la corrupción, AMLO no pudo lograr el que probablemente fue el mayor de sus propósitos. Es decir, la autosuficiencia en productos de la canasta básica como maíz, trigo, arroz, frijol y leche, y desde luego hacerlos llegar a los grupos marginados a precios accesibles y en algunos casos quizá de forma gratuita.
Por supuesto en otras áreas las metas se rebasaron, como en salud cuya aplicación es universal sin que a los pacientes cueste un solo centavo, incluidos los medicamentos y la atención de especialistas. En este aspecto se critica la contratación de extranjeros, sin embargo, ante la carencia al supremo gobierno no quedó más remedio que recurrir a países, entre ellos Cuba, donde en verdad las autoridades se preocupan por solucionar el problema. Por el contrario de lo que sucedió durante el periodo neoliberal en México donde el acceso de estudiantes a instituciones públicas se restringió, costumbre que persiste, desgraciadamente. Por lo tanto, existe déficit de médicos.
Retomando el tema inicial, en SEGALMEX se registró el saqueo más vergonzoso de la administración morenista que sobrepasa los 15 mil millones de pesos. (Mucho mayor que “la estafa maestra” de Peña Nieto calculada en 5 mil millones). Dicho organismo sustituyó a Liconsa y Diconsa creadas en lugar de la antigua Conasupo, (Compañía nacional de subsistencias populares), la que con los defectos que pudo tener, cumplió con la tarea de llevar alimentos a barrios, colonias, incluso al campo, manteniendo el control en los precios de garantía.
Todo fue historia hasta que llegó SEGALMEX y con ella una parvada de buitres hambrientos de dinero encabezados por Ignacio Ovalle Fernández, titular de la secretaría de la Presidencia con Luis Echeverría y político de importancia durante los distintos gobiernos priistas. ¿Por qué AMLO lo eligió para dirigir la dependencia? La versión más aceptada señala que fue por amistad.
El asunto es que a la fecha existen 22 órdenes de aprehensión contra personajes (empresarios y ex funcionarios) acusados de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, entre otros, que nadie sabe dónde se encuentran, aunque sin duda disfrutando el botín. Usted preguntará por Ovalle Fernández. Pues resulta que aparece como el más inocente de esta macabra historia. Tanto que tras descubrir la Auditoría Superior de la Federación el fraude en SEGALMEX, AMLO lo nombró coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal (que no entendemos bien a bien para qué sirve), a pesar de ser señalado como el responsable de los presuntos delitos cometidos por su gente de confianza. (Salió igual que Felipe Calderón con Genaro García Luna pues asegura no estar enterado de lo que hacían sus subalternos).
¿No sabía que traficaban con la compra de los productos más preciados para el consumo de la mayoría? ¿No supo que pagaban sin recibir lo pactado en complicidad con empresarios que seguramente compartían lo robado? Lo más grave es que el fiscal Gertz Manero se lo creyó y deje, que también AMLO.
MORENA, ¿SON O SE HACEN?
Por favor no se ría…a iniciativa de Úrsula Salazar el congreso local aprobó la creación de comisiones anticorrupción en los 43 municipios, “para garantizar que cada centavo y cada peso del pueblo se destine y aplique de manera correcta, honesta, eficiente y eficaz”. Lo más probable es que los titulares de dichos organismos sean nombrados por los alcaldes en funciones. (Alcaldesas en su caso). Sea que el manejo de los dineros públicos quedará en confianza y, por lo tanto, la opacidad tendrá rostro de legalidad equivalente a impunidad.
Se ve que “la representación popular” morenista no tiene la menor idea del papel que juegan tales “comisiones anticorrupción”, como tampoco están enterados de lo que opina AMLO. Señoras, señores, es legitimar el saqueo “pa’ que la gente ya no levante falsos”.
¿Sabe usted de algún presidente(a) municipal que no se haya enriquecido con el cargo? ¡Por favor! Ahora se trata, ya le digo, de justificar el robo por un lado y por otro, inflar más la burocracia que con singular alegría se traga las aportaciones de los contribuyentes. Y ni modo que sea invento.
La mayoría morenista insiste en hacerle “al tío Lolo” distrayendo a “la raza” mientras aquel que les platiqué no tarda en regresar ¡y a lo mejor hasta con fuero! Y si no, pa´l baile vamos.
SUCEDE QUE
De no ser por el compromiso de Américo con Tamaulipas, estaríamos hablando del secretario de Salud en el próximo régimen federal.
Y hasta la próxima.
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