Por Agencias
Ciudad de México.- En el manual de estilo del América, el futbol no es un espacio para resaltar las bondades o la belleza del juego, sino para cumplir una tarea específica en la que muchas veces no importa el cómo. Es probable que en ocasiones la etiqueta de campeón opere en su contra, pero, incluso con mayoría de suplentes, el equipo que dirige André Jardine mostró que puede vencer a Tigres (2-0) y alcanzar la cima de la Liga Mx en el estadio Azteca.
Desde hace ya varios meses, las Águilas mantienen su nivel en casi todos los aspectos, menos en la capacidad para escapar de situaciones peligrosas. Si el gol del neerlandés Javairo Dilrosun les sentó como un guante (minuto 28), la respuesta de los felinos estuvo a punto de engrandecer las dudas que había sobre la ausencia de sus titulares, reservados por el entrenador brasileño para la serie de mitad de semana contra el Guadalajara, en los octavos de final de la Liga de Campeones de Concacaf.
Dilrosun condujo, amagó a dos rivales, los dejó en el camino, se perfiló de zurda y definió por encima del portero Nahuel Guzmán en una escapada que inició en el círculo central y terminó en el área chica con el 1-0. A partir de ese momento, los miles de aficionados americanistas notaron un cambio en la manera de encarar el juego, se olvidaron de ver en la banca a Julián Quiñones, Álvaro Fidalgo y Henry Martín, y trataron de confiar en otro chispazo que valiera el triunfo.
Con el inicio de la segunda parte, Tigres intentó desaparecer aquella esperanza. Avanzó con mayor profundidad hacia el arco de Óscar Jiménez y forzó el ingreso de Henry, Quiñones y Fidalgo como un plan de emergencia ante su dominio. Bastaron un par de jugadas para que el plan del América diera resultado. Habilitado en un contragolpe que resultó definitivo, Alejandro Zendejas hizo el 2-0 (68) con el que las Águilas subieron al primer lugar del torneo, aprovechando las derrotas de Cruz Azul y Pachuca. (Alberto Aceves/La Jornada).
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