Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- La alianza maldita PRI, PAN, PRD ratifica su vocación de entregar a particulares recursos naturales y empresas pertenecientes al pueblo. Bastaron algunas fallas técnicas y dificultades para recobrar la solvencia económica, para que Xóchitl Gálvez insista en privatizar CFE y PEMEX. No extraña desde luego, (ya lo hizo con Salud y Educación), pero es tema que procuró ocultar hasta que se presentó la oportunidad de tomarlo como bandera de campaña. Y no la traicionó el subconsciente sino las ansias de seguir acumulando riqueza a la sombra del poder.
No extraña digo, considerando que ella representa y es parte de la élite conservadora que durante muchos años se consideró dueña del país. Sin embargo, imposible que el asunto le atraiga votos, por la sencilla razón de que la mayoría mexica está convencida de que la aristocracia económica y política fue la que nos hundió dejando unos sesenta millones de pobres como producto de la voracidad y el saqueo institucionalizado.
Permitir que el capital privado intervenga en la administración de dichas paraestatales significa que pasemos a depender del interés empresarial. En el caso de la CFE no existiría ni siquiera la posibilidad de que la república fuera iluminada en su totalidad, pero no solo eso porque los hogares quedarían en manos de comerciantes sin escrúpulos. Sucede en diversas partes del planeta donde las familias sufren los estragos del clima por la incapacidad para pagar los altos costos. Regresaríamos a los tiempos en que los regímenes neoliberales se obsesionaron en destruir la CFE para que particulares se adueñaran del mercado. Y casi lo logran, de no haber ocurrido el triunfo de Morena y AMLO en 2018.
Por otra parte, también se vendrían abajo los planes para comunicar a la nación utilizando tecnología que solo puede ser financiada con recursos públicos puesto que no se trata de obtener ganancias sino de proporcionar un servicio necesario para que las comunidades salgan de la marginación y el olvido.
Respecto de PEMEX es obvio que los grandes consorcios presionan para recobrar los privilegios del pasado. Les importa tomar de nuevo el control de los energéticos para seguir medrando con el patrimonio de todos. Y para eso cuentan con traidores(as) incrustados(as) en la alianza maldita donde, ya sabe usted, destacan Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés, Jesús Zambrano y Xóchitl Gálvez, entre otros(as) a punto del infarto por el inminente triunfo de Claudia Sheinbaum el 2 de junio.
De modo que la alianza maldita y su abanderada proponen que México vuelva a ser propiedad del capital privado con lo que se pondría en riesgo la soberanía nacional. Igualito como sucedió en la época del neo porfirismo que en mala hora incursionó en política colocando en subasta el patrimonio ciudadano.
SUCEDE QUE
El columnista no tiene idea de quién o quiénes y en qué medida, apoyan realmente a Xóchitl en Tamaulipas. Y es que el PRD no existe, el PRI agoniza en tanto que el PAN se redujo a los caprichos y vanidad de Cabeza de Vaca que lo utiliza como suyo, concluyendo así la digna historia opositora de dicho partido. Ahora la derecha en el estado es puro cuento cuando los grupos se alinean por donde mejor conviene. Es cuestión de revisar a los panistas incrustados en cargos públicos de diverso nivel, ¡muchos son los mismos del pasado!. Y ni modo que sea invento…Por su parte Cuauhtémoc Cárdenas no dejó ir la oportunidad de criticar al supremo gobierno antes de concluir el sexenio. Y es que jamás pudo con la envidia de ver a AMLO convertido en auténtico líder popular lo cual el hijo de “Tata” Lázaro no pudo lograr por más que lo intentó…Mientras tanto Mario Delgado, dirigente morenista tiene razón en cuanto a que Xóchitl “está bien cerquita” pero de Jorge Álvarez Máynez quien en algunos lugares ya la rebasó…A nivel local, no pierda de vista a Blanca Anzaldúa Nájera que en el distrito X1V capitalino realiza intensa campaña sobre todo en barrios y colonias marginadas, ahí donde la aristocracia opositora no soporta el polvo, el calor o el cansancio, y rehúye por lo mismo, el acercamiento y saludo de las familias pobres esperanzadas en cambiar su condición. La diferencia es que Blanca es pueblo-pueblo, así que, ¡a votar por ella raza!
Y hasta la próxima.
Discussion about this post