Por Agencias
Buenos Aires, Argentina.- Un contundente paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA) paralizó el país este jueves, en rechazo al plan de ajuste más grande que se haya conocido y no funcionaron trenes, ni el metro, cientos de vuelos cancelados, ni bancos entre otros. No hubo movimiento en las calles; sólo circularon algunas líneas de microbuses que iban vacíos y todo fue un silencio apabullante.
Esto a pesar de las amenazas extorsivas del gobierno del presidente ultraderechistas Javier Milei, de descontar el día a los trabajadores de la gestión pública, que no fueron escuchadas, y menos aún con los últimos aumentos y las impagables tarifas de los servicios esenciales. En las calles de esta capital y en todo el país miles de personas, familias enteras que duermen a la intemperie.
El otro golpe que recibió el gobierno fue la suspensión del debate en el Senado de la llamada Ley de Bases, que busca fliexibilizar las condiciones laborales, otorgará amplios poderes al gobierno para privatizar empresas públicas y entre otras graves medidas contiene la entrega de facultades del Legislativo al Ejecutivo.
Se esperaba que la cámara alta aprobara este jueves la iniciativa tal como lo “ordenó” Milei, y ahora recomenzará el próximo lunes, con gran incertidumbre para el oficialismo.
Enrique Rositto, secretario de Comunicación de la CTA dejó en claro que «estamos protestando contra un modelo económico de exclusión” cuando la mayoría de la población está cada día peor advirtiendo que “no hay casi sector de la economía que no se haya visto empobrecido desde el 10 de diciembre» pasado, cuando asumió Milei.
En conferencia de prensa, el líder de la CGT, Héctor Daer, sostuvo que «la contundencia del paro que vimos en el día de hoy demuestra que el gobierno tiene que tomar nota y reconfigurar su política de ajuste que está llevando a trabajadores y trabajadoras a extremos que difícilmente se puedan recuperar si estas políticas siguen adelante”.
Otro de los dirigentes del triunvirato de la CGT, Hugo Moyano, analizó que “el paro les dolió” a los gobernantes, al advertir que si el presidente mantiene el recorte, la central obrera también continuará con el plan de lucha.
«Un 31 por ciento de caída real en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones, 87 por ciento en obras públicas, 39 por ciento en subsidios al transporte (…) son indicadores que ponen en evidencia que el ajuste no lo paga la ‘casta’ (como Milei llama a la política tradicional) sino que recae sobre los sectores más vulnerables», dijeron los sindicatos en un comunicado.
El paro se extendió a todo el país. No hubo movilizaciones en esta capital, aunque en Córdoba, Río Negro y Chuby hubo protestas contra la llamada Ley de Bases. En los pueros de Rosario, Sata Fe, por donde el país exporta 80 por ciento de su producción agroindustrial, no hubo actividad.
Este es el segundo paro, sin olvidar la movilización multitudinaria que encabezó la CGT y las otras centrales sindicales el pasado 24 de marzo. Si a esto se agrega la manifestación de los estudiantes y docentes universitarios, el pasado 23 de abril, cuando apoyados por los trabajadores y diversos sectores de la sociedad protagonizaron más grande movilización estudiantil de la historia en los 40 años desde el comienzo de la transición democrática en 1983. Y esto sin contabilizar las protestas casi cotidianas de trabajadores, organizaciones sociales, jubilados y las advertencias, asambleas vecinales.
La pobreza de la respuesta gubernamental asombra como lo que dijo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien citó en la mañana a conferencia prensa que abandonó muy rápidamente cuando surgieron las preguntas comprometidas, sosteniendo que son los dirigentes sindicales, “quienes atacan el bolsillo de los trabajadores”, y además dijo que “hay que tener fe”.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, consideró que “es un paro netamente político, que daña y le complica la vida a la gente; y es un paro inentendible» recibiendo una respuesta muy precisa de Daer, quien confirmó que efectivamente” se trata de un paro político, ya que “estamos discutiendo el rumbo de nuestro país y las políticas que se llevan adelante”.
Lo más sorprendente es lo que escribió el presidente en su cuenta de X sobre el significado de la palabra “paro” como “desnudez y descubierto. Por lo que ello significa que aquellos que promueven el paro, han quedado al desnudo, revelando el tipo de personas que son”.
Sin embargo, hay problemas más graves y el mercado bursátil evidenció este jueves “un clima de pesimismo, con caídas de precio para acciones y bonos ante la disputa entre las empresas de energía y el gobierno por la deuda de Cammesa, compañía argentina que opera el mercado eléctrico mayorista de Argentina”, como sostiene el periódico digital de derecha Infobae.
Añade que “el conflicto con el pago en bonos a las empresas de electricidad, tal vez sea el problema más complicado para los inversores porque afecta a la seguridad jurídica y, por lo tanto, siembra incertidumbre y afecta a la cotización de los títulos privados”.
Esta propuesta “fue rechazada de plano por el sector privado, a lo que se añade la tensión política por el tema de la Ley Bases en el Senado” cuyo final no está claro. La norma del oficialismo que flexibiliza las condiciones laborales otorga al gobierno amplios poderes para privatizar empresas públicas. Aunque el gobierno lo niegue los sindicalistas insisten en que ésta medida perjudica a los trabajadores y dan los números precisos.
«Un 31 por de caída real en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones, un 87 en obras públicas, un 39 por ciento en subsidios al transporte, un 76 por ciento en transferencias a provincias (…) son sólo algunos indicadores que ponen en evidencia que el ajuste no lo paga la casta sino que recae sobre los sectores más vulnerables», dijeron los gremios en un comunicado. Esto indica que el gobierno de la Libertad Avanza, comenzó un retroceso de cuyo final nadie está seguro. Ni siquiera “el mercado”.
“El pueblo argentino está resistiendo desde el pasado fin de diciembre, bajo represiones y amenazas, ahora ya se trata de sobrevivir, mientras que este gobierno ya ha producido muertes que son de su responsabilidad y la cifra más alta de pobreza sólo comparable con lo sucedido antes del argentinazo de 2021”, señala un comunicado de gremios y organismos sociales.
En tanto, se conocen nuevos acuerdos con Estados Unidos, que comprometen cada vez más la soberanía nacional, a extremos nunca vistos. (Stella Scalloni/La Jornada).
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