Felipe Martínez Chávez
Viejo Padilla, Tamaulipas.- Tarde sabatina de movilización de la clase política a orillas de la presa Vicente Guerrero. La ocasión lo ameritaba, no todos los días Tamaulipas cumple 200 años de haberse integrado al pacto federal.
Y como dijo el Gobernador Américo Villarreal: “En este rincón de la entidad se consolidó realmente la independencia de nuestra Patria”.
Sí, aquí, en 1824, fue pasado por las armas Agustín de Iturbide luego de llegar de las Europas -apoyado por traidores y vendepatrias- con sus sueños de Emperador (se había coronado dos años años).
En Padilla se instaló el Congreso Constituyente, la primera legislatura. Han pasado 65 y a partir del uno de octubre ejercerá la 66.
Por primera vez en más de 50 años -desde la inundación por la presa- una administración estatal le da una “manita de león” a la antigua plaza, la escuela, la iglesia en que el 3 de julio de 1832 se suicidó el general (chilango) Manuel Mier y Terán, alguna vez considerado Héroe de Tamaulipas, utilizando su propia espada que se clavó en el corazón.
Américo develó varias placas en recuerdo de esos acontecimientos y el traslado de los vecinos todos, a Nuevo Padilla, en 1971. Explican a los visitantes los principales acontecimientos históricos del pueblo inundado por la presa Las Adjuntas, hoy Vicente Guerrero.
Viejo o Nuevo, como reiteró la presidenta de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Úrsula Patricia Salazar, siempre será la cuna legislativa de Tamaulipas. Es uno más de sus episodios.
Único sinsabor de la historia. Lleva el nombre de Padilla, en honor de la esposa del Virrey que otorgó el contrato de conquistar a Tamaulipas a José de Escandón y Helguera, lo cual es otro tema.
Ausentes varios diputados panistas, como Carlitos Fernández Altamirano, ex jefe de Deportes de Cabeza de Vaca que tiene cuentas pendientes con la Ley. Pudiera pensar que lo pueden aprehender, aunque su fuero vence el último de septiembre.
Y se aparecieron otros cabecistas, entre ellos el orgullo de Villagrán, Abelardo Perales Meléndez, autor de todo el enredo jurídico y “cerco” que el texano dejó al gobierno de la 4T.
“No tiene vergüenza al andar por aquí”, se escuchó un comentario mientras el ex jefe Jurídico de Cabeza y ahora funcionario del Poder Judicial, enfilaba hacia un lugar que seguramente le reservaron.
Con mucho “pegue” la senadora electa Olga Sosa Ruiz, a quien no pocos le ven futuro como “la siguiente Gobernadora de Tamaulipas”.
Las historias de este pueblo se van entrelazando. Muchos preguntan, pocos responden sobre el monumento al traidor, lugar exacto en que fue fusilado Iturbide a las seis de la tarde del uno de julio de 1824.
¿Quién hizo la obra? Un admirador de Don Porfirio Díaz, el Gobernador Guadalupe Mainero, hasta hace poco considerado uno de los mejores que pasaron por Palacio de Gobierno.
En Viejo Padilla no queda nada, lo destruyeron los masones. Otra parte se la robaron los buscatesoros, que también horadaron las paredes de la iglesia de San Antonio y abrieron tumbas del viejo panteón buscando joyas.
Eterno pleito entre Masones y Caballeros de Colón en torno a la contradictoria figura de Don Agustín. Liberales contra conservadores, chivos prietos contra imperialistas.
Pleito desde 1901 cuando Mainero mandó colocar la frase al pie del monumento al Emperador: “Como mexicanos, deploramos la ejecución del consumador de la independencia”.
La corrección que ordenó Don Porfirio: “Como mexicanos deploramos que haya sido necesario ejecutar al consumador de la independencia”.
Y los restos ¿cuándo se los llevaron?, ¿dónde están?. Lo sepultaron sin caja mortuoria, envuelto en un petate porque no traía dinero en sus bolsillos. Sus pertenencias se las había dejado a la emperatriz Ana María Huarte.
Hablando de liberales, dos estudiantes de Reynosa conquistaron el primer lugar de preescolar y secundarias, concurso estatal de Oratoria Sentimiento Juarista 2024, motivo por el cual el alcalde Carlos Peña Ortiz les hizo entrega, en reconocimiento a su esfuerzo, equipos de computación.
“Aquí apoyamos a los estudiantes a que continúen alcanzando sus sueños y metas”, dijo el edil al donar los ordenadores a Evelyn Alessandra Pérez Rodríguez, jardín de niños Amado Nervo, y América de la Torre Jara, del Instituto Piaget. La final estatal se efectuó en ciudad Victoria.
Pocos saben que estudiantes de la UAT, en coordinación con la asociación civil Peraj, participan en el programa “Adopta un Amigo” que consiste en fungir como mentores y modelo positivo para niñas y niños en condiciones vulnerables, apoyándolos y motivándolos.
Pues bien, concluyeron el ciclo anual de asesoría 29 estudiantes universitarios de Ciencias de la Educación, Trabajo Social, Derecho, Comercio e Ingeniería y Ciencias, que asesoraron a estudiantes de las primarias República de México y Josefa Ortiz de Domínguez, de Victoria.
El programa tiene 17 años y la UAT es de las 90 instituciones de Educación Superior en México que participan como aliadas, en 29 estados.
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