Max Ávila
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Contra lo que podríamos suponer, Morena vive tiempos difíciles. Y es que la división interna es evidente. Sea que a falta de oposición salen a relucir ambiciones de algunos destacados miembros que hacen tarea futurista. En este escenario aparecen Ricardo Monreal y Adán Augusto López, el primero con el apoyo de la diputación federal, el segundo con la mayoría del senado a su favor. Ambos se lanzan acusaciones recicladas cada que se presenta la oportunidad.
Usted dirá que dicha confrontación no tiene importancia considerando la fuerza del movimiento a nivel nacional. Disculpe por no estar de acuerdo porque la realidad es que la militancia es ficticia, lo cual es muy diferente a la tendencia electoral que ha empoderado a gobernantes en todos los niveles, incluida por supuesto doña Claudia.
Morena deberá integrar un padrón, “suyo de su propiedad”, como diría el ranchero; y no depender del estado de ánimo ciudadano que suele ser veleidoso cuando las circunstancias lo demandan. He ahí la importancia de la cruzada nacional para afiliar a todo el que se deje. En este sentido el objetivo inmediato es llegar a diez millones que significa apenas la tercera parte de la votación lograda por Sheinbaum. Tarea que la dirigente Luisa María Alcalde Lujan debió hacer pausa para cumplir su función maternal al dar a luz a Leonora que demandará atención quién sabe por cuánto tiempo. Obvio que primero estará la pequeña y después la actividad partidista.
El asunto es que la organización creada por AMLO está urgida de militancia capaz de respaldar con fuerza las acciones presidenciales, sobre todo cuando existen amenazas del exterior como las provenientes del imperialismo gringo. Este papel podría desempeñarlo muy bien la mayoría del Congreso de la Unión, sin embargo, ojo que quienes la integran por lo general responden a intereses personales. Recordéis que en buena medida es fauna proveniente del PRIAN que en su negro historial carga la penitencia. Y ni modo que sea invento. El mejor ejemplo es el pleito entre Monreal y Adán Augusto reflejado en el resto del país. Sea hasta en los municipios más modestos, por eso de las ambiciones de grupo.
Morena sin AMLO es otra cosa. Y no es que La Jefa Claudia carezca de autoridad para meter en cintura a los y las que lo utilizan como plataforma para posicionarse, sino que la mujer está demasiado ocupada que imposible será ocuparse de indisciplinas que dañan la imagen del partido. Mientras tanto, en los miembros del equipo ejecutivo también hay diferencias que tocan extremos por lo cual la Señora Presidencia ha de estar pendiente para evitar acciones perjudiciales a la marcha de la administración. Como si no fuera suficiente, tiene que batallar con aquellos (as) que todavía no entienden el alcance de la 4T.
La urgencia de Morena es fortalecerse igual o mejor que el PRI en su tiempo. En este caso nadie puede negar lo que significó el tricolor para los gobernantes en turno, tanto que hicieron de la república lo que se les vino en gana. Claro que ahora se trata del beneficio colectivo. Nada que ver con las oligarquías del pasado.
SUCEDE QUE
El gobernador Américo Villarreal Anaya tiene razón: los puentes son para unir no para separar…Por su parte el morenista Rómulo Pérez Sánchez pretende afiliar 300 mil en Tamaulipas, aunque primero deberá “hacer talacha” pa’ que de perdis lo conozcan en su barrio.
Y hasta la próxima
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